La línea que separa la demencia de los trastornos mentales en personas mayores es muchas veces difusa. Según los expertos, la comorbilidad entre ambas es frecuente y dificulta un diagnóstico preciso, que a menudo requiere la colaboración de distintos especialistas.
Manuel Sánchez, coordinador de la unidad de Psiquiatría Geriátrica del Hospital Sàgrat Cor en Martorell y presidente de la Sociedad Española de Psicogeriatría, señaló durante el webinar ‘El problema de la demencia y la enfermedad mental, organizado por la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) que “las demencias pueden expresar síntomas psiquiátricos y requerir tratamiento específico, igual que en los trastornos mentales primarios”.
Según Sánchez, las enfermedades mentales, en general, pueden afectar al rendimiento cognitivo a cualquier edad, pero “la población anciana puede presentar hasta un 12% de algún tipo de problema mental”. A todo ello cabe añadir que, algunos de los medicamentos utilizados para su tratamiento, también pueden afectar a la memoria y generar dudas, especialmente cuando se trata de pacientes mayores.
“En estos casos es frecuente que se plantee el problema acerca de si los problemas cognitivos del paciente pueden significar un proceso de demencia sobreañadido al trastorno mental de base”, señaló el experto.
Durante su intervención, el experto también afirmó que es frecuente que algunas demencias se presenten inicialmente con alteraciones mentales que “hacen pensar más bien en una enfermedad psiquiátrica”, hasta que pasado un tiempo y las pruebas complementarias, puede identificarse la demencia como la causa real del problema.
“Los diagnósticos psicogieriátricos tienen una dificultad añadida, ya que muchas veces se juntan varios en una misma persona. Este solapamiento puede ayudar a concretar el diagnóstico en el área que se ajuste más a la realidad del paciente”, apuntó el doctor. En cualquier caso, es importante realizar un diagnóstico preciso, a menudo con la colaboración de especialistas de disciplinas diferentes, que esclarezca el origen de los síntomas cognitivos y psiquiátricos y oriente correctamente su tratamiento.
Además, el presidente de la Sociedad Española de Psicogeriatría remarcó que hay enfermedades mentales o trastornos psicológicos que pueden presentar problemas cognitivos, como trastornos por ansiedad, depresión, trastornos psicóticos, alteraciones del sueño, trastornos de la personalidad (pseudodemencia histérica), o abuso de sustancias. Sufrir alguno de ellos se asocia con un mayor riesgo de desarrollar demencia en el futuro.
Factores de riesgo para las demencias
Los factores de riesgo para las demencias deben evaluarse con mayor cuidado en los trastornos mentales. En este contexto, el doctor Sánchez hizo hincapié en que en los últimos años ha habido un incremento de la prevalencia en el consumo de tóxicos como alcohol u otras drogas.
A este respecto el coordinador de la unidad de Psiquiatría Geriátrica del Hospital Sàgrat Cor en Martorell subrayó en este webinar de CEAFA que, “las demencias secundarias a tóxicos y drogas suponen el 10% de las demencias. Además, la carga de la demencia atribuible solo al alcohol es mucho más grande de lo que se pensaba”.
No obstante, existen cuadros clínicos potencialmente reversibles. “Con la abstinencia pueden verse cambios reversibles en la mielinización en la neuroimagen” por lo que se debería apostar por estrategias preventivas con el fin de evitar los trastornos cognitivos derivados de sustancias tóxicas.