La compañía Qinera, especializada en el desarrollo de tecnología inclusiva, mejora la atención al paciente en las Unidades de Cuidados Intensivos con la implementación de su innovador sistema multisensorial para hospitales, que ya se ha instalado en las UCI del Hospital Universitario de Bellvitge, que atienden a unos 1.400 pacientes al año.

Este sistema supone un nuevo enfoque terapéutico, transformando la tradicional experiencia fría y aislante de las UCI en un espacio que promueve el bienestar físico, emocional y cognitivo de la persona. El Hospital Universitario de Bellvitge ha sido el primero en integrar este proyecto de innovación y tecnología multisensorial de Qinera en los 64 boxes de su UCI.

Financiado por el Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) de Catalunya, este proyecto tiene como objetivo transformar el entorno hospitalario en una experiencia más humanizada y menos traumática para los pacientes críticos.

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La tecnología inmersiva de Qinera reduce la sensación de aislamiento característica de las UCI y mejorar la estancia hospitalaria

Escenas inmersivas para reducir la sensación de aislamiento

El sistema permite a los profesionales de la salud personalizar los entornos de cada paciente mediante el uso de luces, sonidos, proyecciones y vibraciones. Así, se pueden simular escenas inmersivas como un bosque, el mar o incluso proyecciones personalizadas de fotografías y recuerdos, generando experiencias únicas para cada paciente, con el objetivo es reducir la sensación de aislamiento característica de las UCI y mejorar la estancia hospitalaria.

Tal y como destaca el Dr. Francesc Esteve, jefe de la Sección de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Bellvitge, el impacto de esta tecnología en el tratamiento de pacientes críticos es muy beneficioso ya que “este entorno con estimulación sensorial visual, auditiva y táctil permite trabajar en la prevención del delirio y la modulación de los estímulos dolorosos, ayudándoles a restablecer su ritmo circadiano y mejorando su percepción del día y la noche. Además, nos facilita iniciar de forma precoz el tratamiento de rehabilitación, con el fin de recuperar, en la medida de lo posible, el estado del paciente previo a su ingreso”.

Esta iniciativa, pionera a nivel mundial, representa un cambio radical en la forma de entender los cuidados intensivos. El proyecto cuenta con un software que coordina y sincroniza la estimulación somato-sensorial del paciente, además de tabletas digitales, ordenadores, un sistema de iluminación LED sincronizado, un sistema de estimulación vibroacústica sincronizado y pantallas de televisión. El sistema es controlado por un único dispositivo que gestiona todos los elementos de la sala, ofreciendo infinitas posibilidades de interacción.

Una de las funciones más básicas es la adaptación al ritmo circadiano, utilizando niveles de luz y música que ayudan a los pacientes a mantener la noción del tiempo, algo crucial en estancias prolongadas. Además, este sistema también abre nuevas oportunidades terapéuticas que están comenzando a ser exploradas.

También se emplean técnicas protocolizadas de estimulación cognitiva, trabajando funciones como la percepción, el razonamiento, la memoria y la orientación espacial y temporal. “Podemos estimular áreas cerebrales relacionadas con la percepción sensorial, el control motor, la cognición, las emociones y la comunicación, señala el Dr. Esteve. Estas técnicas de estimulación multisensorial se aplican incluso en procedimientos invasivos frecuentes en pacientes críticos, como la inserción de catéteres o la realización de cuidados habituales.

El trabajo conjunto de Qinera y el Hospital Universitario de Bellvitge representa un verdadero punto de inflexión en la atención sanitaria dentro de las UCI. En este sentido, otro aspecto clave del proyecto es la incorporación de la figura del terapeuta ocupacional en el equipo de la UCI, integrando tecnología avanzada con el tratamiento individualizado.

Rafael Justel, adjunto a la dirección de enfermería del hospital, recalca que esta iniciativa refleja el compromiso con un enfoque más humanizado. “Hemos hecho una apuesta por una UCI más abierta, amable y confortable para pacientes, familiares y profesionales. Aparte de cuidar las funciones vitales, cuidamos la parte emocional y social del paciente”, afirma.

Un año desde la primera implementación del sistema multisensorial en el Hospital Universitario de Bellvitge, los resultados prometedores. Maria Miñana, terapeuta ocupacional del hospital, destaca que la integración de estos entornos multisensoriales no solo mejora el estado emocional de los pacientes, sino que también facilita la rehabilitación física, señalando que «lo que nosotros intentamos es reducir las secuelas y recuperar al máximo las capacidades para que el paciente pueda salir lo mejor y más autónomo posible».

La clave del éxito de este sistema radica en su capacidad para personalizar el tratamiento de cada paciente. A través de un control detallado de los estímulos, los médicos y terapeutas pueden ajustar las condiciones ambientales a las necesidades de cada caso.

La aplicación de esta tecnología avanzada en las UCI representa una innovación que Qinera ya ha implementado con éxito en entornos educativos y terapéuticos de todo el país, además de en unos 35 países, beneficiando a personas con discapacidad, personas mayores, y niños, proporcionando experiencias sensoriales que fomentan su desarrollo, rehabilitación y bienestar.