La Navidad es un periodo lleno de reuniones familiares y celebraciones que para las personas que padecen Alzheimer y sus familiares presenta ciertos desafíos por los cambios de rutina y la desorientación que esto puede suponer.
Por ello, la Fundación Pasqual Maragall ofrece algunos consejos prácticos para ayudar a los familiares en el cuidado de sus seres queridos en esta fechas tan señaladas, promoviendo un ambiente positivo, saludable y tranquilo.
En este sentido, Elena de Andrés, psicóloga y coordinadora de los programas grupales para personas cuidadoras de la Fundación Pasqual Maragall, afirma que “una rutina cotidiana repetitiva y organizada ayuda tanto a la persona con Alzheimer, como a la persona que la cuida”.
“En estas fechas, esta rutina se ve interrumpida y pueden surgir dudas sobre cómo se debería afrontar la situación, por ello es importante tratar de mantener actividades que evoquen a su vida diaria”, señala esta experta.
Entre los consejos para disfrutar de las fiestas con un familiar con Alzheimer se encuentran los siguientes:
- Facilitar la comunicación de la persona afectada.
Dado que el Alzheimer puede dificultar la organización de las ideas, es importante evitar preguntas abiertas como “¿Qué quieres hacer en Navidad?” o “¿Qué te gustaría comer?”.
En su lugar, es preferible hacer preguntas concretas que puedan responderse con un sí o un no, como “¿Te apetece ver las luces de Navidad?” o “¿Quieres escuchar villancicos?”. Además, ofrecer opciones limitadas como “¿Prefieres ponerte el gorro de Papá Noel o la bufanda?” puede simplificar las respuestas.
Cuando la comunicación se ve afectada, este tipo de estrategias facilitan que la persona se sienta comprendida y evita posibles frustraciones.
- Planificar menús sencillos y respetar los horarios habituales
Las comidas familiares pueden resultar agotadoras para quienes viven con Alzheimer, por lo que es recomendable cocinar platos sencillos y mantener los horarios habituales de las comidas.
Ofrecer alimentos fáciles de masticar y digerir, que además sean del agrado de la persona, puede ser clave para mantener su bienestar.
- Ambiente emocionalmente positivo y evitar situaciones estresantes
El estado de ánimo también puede verse afectado durante las fiestas. A medida que avanza la enfermedad, la persona con Alzheimer puede experimentar desde apatía hasta ansiedad o irritabilidad.
En este sentido, es importante mantener un ambiente emocionalmente positivo y evitar situaciones agobiantes. Dado que las emociones pueden ser contagiosas, la persona con Alzheimer puede acabar “reproduciendo” el estado de ánimo y las actitudes de quienes le rodean, influyendo directamente en su comportamiento. Crear un ambiente tranquilo ayudará a reducir la ansiedad y favorecerá su armonía.
- Explicar de manera clara y sencilla la situación
Es esencial también que toda la familia, incluidos los más jóvenes, esté bien informada sobre el estado de la persona afectada. Explicar de manera concisa y directa la situación y ofrecer pautas básicas de interacción ayudará a que todos los miembros puedan relacionarse con naturalidad, sin miedo ni incomodidad, fomentando una atmósfera de respeto y comprensión.
- Compartir la responsabilidad de los cuidados
Otro punto clave es el apoyo a la persona cuidadora. Durante las festividades, la sobrecarga de trabajo y la atención que requiere una persona con Alzheimer suelen recaer en un solo familiar.
Compartir la responsabilidad de los cuidados y colaborar en los preparativos permite que todos puedan disfrutar de la celebración y, al mismo tiempo, dar un necesario descanso al cuidador o cuidadora principal.
- Realizar actividades cognitivamente estimulantes
Por último, las sobremesas navideñas son un momento ideal para involucrar a la persona con Alzheimer en actividades cognitivamente estimulantes.
Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el parchís o las cartas no solo son entretenidos, sino que también ayudan a mantener la mente activa, lo que es fundamental para ralentizar el deterioro cognitivo. A la hora de escoger un juego de mesa, es importante tener presentes las preferencias de la persona con Alzheimer y sus capacidades.
“En definitiva, la Navidad es una oportunidad para vivir momentos inolvidables con nuestros seres queridos. Con algunos ajustes y un enfoque consciente, es posible disfrutar de estas celebraciones al tiempo que se cuida la salud emocional y física de la persona con Alzheimer”, explica coordinadora de los programas grupales para personas cuidadoras de Fundación Pasqual Maragall,