Una investigación pionera, liderada por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), analiza la forma más efectiva de hablar con las personas que padecen Alzheimer para que su reacción emocional y sus niveles de atención y comprensión sean los mejores posibles.
La Universitat Pompeu Fabra (UPF) ha difundido los resultados de una investigación pionera en el análisis de las variaciones de la forma de hablar (en el tono, velocidad, intensidad…) que afectan la respuesta emocional y cognitiva de los pacientes de Alzheimer.
El estudio, publicado recientemente en la revista Health Communication, concluye que lo más efectivo es hablar con cariño pero con firmeza; con una entonación variada; marcando las palabras importantes; esforzándose en la articulación; utilizando una velocidad pausada y una intensidad media y manteniendo un tono medio o grave.
Por el contrario, se debe evitar hablar rápido, con paternalismo, con una intensidad alta, un tono agudo y una entonación monótona, que no remarque las palabras importantes ni articule suficientemente los términos.
La comunicación es clave en el cuidado de las personas con demencia
La investigación se basó en dos estudios distintos, con un total de 312 participantes, entre ellos tanto cuidadoras y cuidadores como personas con Alzheimer.
El primer artículo expone los resultados de una investigación con una muestra de 252 cuidadores. Cabe destacar que esta muestra incluye tanto a personas cuidadoras familiares (132) como profesionales (120), mayoritariamente mujeres en ambos casos.
Los participantes realizaron una encuesta sobre la importancia que dan a la comunicación con las personas con Alzheimer y cuáles creen que son las mejores estrategias para hacerlo. También llevaron a cabo un test auditivo, en el que escuchaban las mismas instrucciones (“las pastillas azules están en la mesa de la habitación”) expresadas de diferentes maneras para valorar cuál era la más adecuada.
En este test, debían puntuar del 1 al 7 diferentes variaciones de los elementos analizados (por ejemplo, en el caso del tono, valorar los tonos bajos, medios y agudos). Según la responsable de la investigación de la UPF, Emma Rodero, sus resultados “contribuyen a conseguir un proceso de comunicación efectivo para que el paciente comprenda y realice las tareas con un estado de ánimo y motivación óptimo y paliar situaciones conflictivas o estados ansiedad que se produzcan en el día a día”.
Uno de los principales resultados de la encuesta es que el 93,7% de las personas cuidadoras no profesionales, que pertenecen normalmente al entorno familiar del paciente, necesita más formación en esta materia. Esto ha llevado al Media Psychology Lab de la UPF a diseñar una formación específica sobre esta materia, que pueden solicitar las asociaciones de familiares o cuidadores y cuidadoras que lo necesiten.
La encuesta también indica que el 90% de las personas cuidadoras consideran que la comunicación juega un papel clave a la hora de cuidar a las personas con esta demencia y que la forma de hablar provoca emociones sobre los pacientes. Ligeramente más bajo (82-83%) es el porcentaje de cuidadoras familiares que presta atención en la forma de hablar o que percibe que la forma de hacerlo puede afectar al nivel de atención de los pacientes.
A continuación se muestran los resultados del test auditivo a las personas cuidadoras familiares (CF) y profesionales (CP). Las franjas verdes muestran las variaciones con mayor puntuación para cada una de las variables analizadas, de donde se desprenden las conclusiones generales de la investigación:
Los resultados de ambos grupos son similares, aunque presentan algunas diferencias. Por ejemplo, para los CP, la entonación más adecuada es la marcada y no la muy marcada, como en el caso de los CF, y dan menos importancia a la hiperarticulación.
Por otro lado, un segundo estudio, englobado dentro de la misma investigación, se realizó un experimento con 60 personas, 30 de ellas en una fase temprana de la enfermedad de Alzheimer y 30 de un grupo de control.
En este caso, se les hizo un test auditivo, monitorizando su reacción fisiológica ante instrucciones pronunciadas de diferentes formas. Cada paciente llevaba cinco electrodos en diferentes partes de su cuerpo, que permitían registrar las variaciones de su actividad cardíaca, su respiración, su sistema nervioso periférico, mientras escuchaban las instrucciones pronunciadas de distintas formas. Durante ese proceso de escucha, también se les aplicó un sistema de reconocimiento facial de emociones.
Ambos estudios forman parte del proyecto titulado «Variaciones prosódicas para mejorar la respuesta cognitiva y la interacción comunicativa de las personas con Alzheimer con sus cuidadores», financiado por el Programa Estatal de I+D+I Orientado a los Retos de la Sociedad (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades).
Emma Rodero, catedrática de Psicología de los Medios y Neurocomunicación y directora del Media Psychology Lab del Departamento de Comunicación de la UPF ha liderado el estudio. Como coautores del artículo participaron Lluís Mas (UPF), Olatz Larrea (UB), Isabel Rodríguez-de-Dios (Universidad de Salamanca) y Carme de la Mota (UAB) y contó con la colaboración del Centro de Referencia Estatal de atención a personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias (CREA).