Hasta un 45% del riesgo de demencia podría deberse a factores de riesgo potencialmente modificables, tal y como se expuso en el webinar ‘Importancia de la prevención del deterioro cognitivo’, organizado por la CEAFA.
El webinar sobre la demencia ‘Importancia de la prevención del deterioro cognitivo’, organizado por la Confederación Española de Alzheimer y Otras Demencias (CEAFA), contó con la colaboración de Novo Nordisk y la presencia de Oriol Grau-Rivera, investigador y neurólogo especializado en trastornos cognitivos en el Barcelona beta Brain Research Center (BBRC) y en el Servicio de Neurología del Hospital del Mar.
Durante su intervención, el doctor explicó que los factores de riesgo modificables actúan en diferentes etapas de la vida. Actualmente son 14:
- Bajo nivel educativo
- Pérdida de audición
- Hipercolesterolemia
- Depresión
- Traumatismos craneales
- Sedentarismo
- Diabetes
- Tabaquismo
- Hipertensión
- Obesidad
- Consumo excesivo de alcohol
- Aislamiento social
- Polución ambiental
- Pérdida de agudeza visual
“Hay estudios que han concluido que una mayor cantidad de actividad física se asocia con un riesgo reducido de desarrollar un deterioro cognitivo, incluida la enfermedad de Alzheimer; o que un control intensivo de la presión arterial reduce la incidencia de demencia”, señala Grau-Rivera.
Por otro lado, están los factores de riesgo no modificables, que comprenden el 55% de riesgo de desarrollar demencia y entre ellos se encuentran la edad, el sexo femenino, y la genética (gen APOE-ε4).
Los cambios biológicos comienzan hasta 20 años antes del deterioro cognitivo
En su intervención, el investigador del BBRC explicó que la función del cerebro va cambiando con la edad. En este punto, se habla de deterioro cognitivo leve cuando la capacidad cognitiva se desvía de lo normal.
Sin embargo, “si sigue progresando y afecta a la autonomía de la persona, podemos hablar de demencia. A día de hoy, conocemos que la enfermedad de Alzheimer es la causa de dos tercios de los casos de demencia siendo esta un reto global que amenaza a nuestras sociedades”, advierte el experto.
Cabe destacar que los cambios biológicos de la enfermedad de Alzheimer comienzan hasta 20 años antes del deterioro cognitivo, lo que, según el doctor, “abre una ventana muy importante para la prevención”.
Existen estudios que muestran que la incidencia de demencia disminuye en países con políticas de prevención y salud públicas más avanzadas, por ello “es necesario promocionar un estilo de vida saludable y avanzar en la implementación de planes personalizados para estimar y reducir el riesgo de demencia”.
A continuación, el experto explicó qué son las intervenciones multidominio, “aquellas que intentan demostrar que es posible reducir el deterioro cognitivo” (pionero estudio Finger). Y añadió que “el Estudio PENSA del BarcelonaBeta Brain Research Center y el Hospital del Mar Research Institute, ha evaluado los beneficios de una intervención multimodal en combinación con un derivado del té verde en personas con quejas cognitivas subjetivas con riesgo aumentado de Alzheimer”.
Por último, en este webinar de CEAFA el doctor subrayó que aún hay mucho trabajo por hacer “para identificar bien a las personas que tengan biomarcadores positivos y puedan acceder a tratamientos avanzados”. En materia de prevención “tampoco hay aún iniciativas bien organizadas ni específicas”, concluyó.