Un artículo de Cristina Garzón, psicóloga de Bouco Madrid San Blas

En el sector poblacional cada vez más amplio, de las personas mayores, se produce un aumento de las necesidades específicas de prevención y promoción de la salud, así como del envejecimiento activo, con el objetivo de reducir el impacto de la evolución de patologías crónicas en su esperanza de vida y, especialmente, de la calidad de la misma.

Por otro lado, las personas mayores se encuentran a menudo con un descenso de su capacidad para ser independientes, debido en gran medida al deterioro físico y funcional. Además de ello, aumenta el número de personas que van quedándose solas por fallecimiento de allegados, que favorece un aumento de las tasas de depresión en población mayor de 65 años.

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En base a la evidencia científica, el ejercicio físico en las personas mayores tiene beneficios a diferentes niveles

La depresión en las personas mayores presenta características diferentes a las del resto de la población, y por lo general la sintomatología se camufla con problemas físicos de la edad, quejas somáticas, y una menor psicoeducación, lo que condiciona en gran medida su diagnóstico y manejo correcto.

Según la Organización Mundial de la Salud, el envejecimiento activo es “el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad, con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen; permite a las personas realizar su potencial bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo a sus necesidades, deseos y capacidades”.

En base a la evidencia científica, el ejercicio físico en las personas mayores tiene beneficios a diferentes niveles, por lo que vamos a desglosar esta definición profundizando en las áreas más relevantes.

EJERCICIO FÍSICO Y ESTADO COGNITIVO

La edad es el primer factor de riesgo para desarrollar una enfermedad neurodegenerativa, siendo la Enfermedad de Alzheimer la que tiene una mayor prevalencia en nuestro país. La realización de ejercicio aeróbico ha demostrado ser favorable en fases prodrómicas de dicha enfermedad. Si se combina con estimulación cognitiva, los efectos son aún mejores.

Se ha demostrado que la realización de ejercicio físico es un gran aliado en la tarea de prevención, aportando resultados aún más clarificadores en las funciones ejecutivas (toma de decisiones, razonamiento complejo, planificación).

De igual forma, una vez instaurado el deterioro cognitivo en el adulto mayor, el mantenimiento de las capacidades físicas que se daría gracias al ejercicio mejoraría la calidad de vida de estas personas, reduciría el riesgo de sufrir caídas y podría ralentizar el avance de la enfermedad.

La realización de ejercicio aeróbico específico favorece la creación de Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (sus siglas en inglés, BDNF), que favorece procesos tan importantes como el aprendizaje y la memoria.

EJERCICIO FÍSICO Y SALUD FÍSICA PERCIBIDA

Todo el mundo se beneficia del ejercicio físico, pero especialmente las personas que padecen patologías crónicas, siendo la población mayor una muestra más que representativa de pacientes con dichas enfermedades, que según datos de la OMS son la primera causa de muerte en el mundo. La única forma que tenemos de reducir esta cifra es educando en salud y en hábitos de vida saludables que incluyan alimentación, ejercicio y estimulación cognitiva.

Los estudios ya están demostrando cómo influye esta tríada en el envejecimiento y los procesos cognitivos en las personas mayores, pero el impacto económico se podrá ver en unos años, cuando las generaciones que ya están realizando este estilo de vida saludable llegue a la tercera edad.

EJERCICIO FÍSICO Y ESTADO DE ÁNIMO

Las personas mayores que realizan ejercicio físico con frecuencia están ganando en un mayor mantenimiento de su salud, pero también hay una mayor interacción con el entorno y un aumento de las relaciones sociales, lo cual es un factor protector a nivel de la Salud Mental.

El ejercicio físico mejora los resultados del tratamiento contra la depresión en combinación con la terapia farmacológica, pero lo más importante es que protege frente a su adquisición, ya que el tener una red de apoyo y permanecer participativo en la comunicad reduce riesgos de padecerla.

Más allá del papel en la prevención del deterioro cognitivo y la depresión, no debemos obviar el papel del ejercicio en el estado físico de la persona.

EJERCICIO FÍSICO Y FUNCIONALIDAD

A nivel funcional, gracias a la realización de entrenamiento específico adaptado a las necesidades individualizadas de la persona, se promueve su autonomía y mantenimiento de capacidades.

Se recomienda la realización de 150 minutos de ejercicio físico moderado a lo largo de la semana. Debe ser pautado y adaptado a las condiciones físicas y de salud individuales de cada persona, y puede reducir la mortalidad hasta en un 30%. El entrenamiento específico en equilibrio o fuerza, para mantener y mejorar la masa muscular resulta ser eficaz para minimizar las caídas.

Una persona mayor que realiza deporte es una persona más saludable, que mejora su esperanza de vida, favorece la interrelación con otras personas y la percepción de una mayor sensación de bienestar general.