Los malos hábitos de vida, y sobre todo el envejecimiento de la población, está haciendo aumentar los casos de diabetes, tal y como advierte Leocadio Rodríguez, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe y director científico del área temática de Fragilidad y Envejecimiento del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERFES).
Rodríguez señala que “la obesidad y el sedentarismo, provocados por malos hábitos, son un factor de riesgo de la diabetes”, así como los cambios que se producen en las personas cuando envejecen, ya que “la grasa se concentra en el abdomen y las fibras musculares y el cuerpo se hace resistente a la insulina”.
El especialista afirma que dos terceras parte de las personas con diabetes en el mundo son mayores de 65 años y recalca que, “en las personas mayores de 75 años la enfermedad no aumenta el riesgo de muerte, pero sí de incapacidad, de dependencia”. Por ello, asegura que es imprescindible actuar de forma precoz sobre la “fragilidad de los pacientes, sobre su estilo de vida y nutrición, y seguir un tratamiento farmacológico que, además de ser eficaz, proteja al paciente”. “El objetivo en las personas mayores con diabetes es que sigan siendo autónomas”, indica.
Con este objetivo, Leocadio Rodríguez lidera el proyecto DIABFRAIL-LATAM, del Centro de Investigación Biomédica en Red de España (CIBER), con el apoyo de los Fondos del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la UE y la colaboración de CEOMA y de prestigiosas fundaciones, universidades, institutos y hospitales.
Financiado por la Unión Europea, el proyecto analiza cuatro países de Latinoamérica (México, Chile, Perú y Colombia) el efecto de un programa de educación sobre diabetes y nutrición, de ajustes en los tratamientos, según el objetivo individualizado para cada persona, y un plan de ejercicio físico basado en VIVIFRAIL, ofreciendo un cuidado integral a los adultos mayores con diabetes y preservando su función. Al abordarse los problemas de salud asociados con la diabetes en ancianos, no sólo se mejora la vida de las personas, sino que también se reducen los costes económicos y sociales de su atención.
Gracias a este programa, los participantes obtienen más información sobre la enfermedad, las causas, las consecuencias y el manejo. Durante el proceso, los asistentes aprenden a desarrollar prácticas de autocuidado y a detectar y manejar situaciones como las hipoglucemias o la malnutrición, y comprenden la importancia de incorporar el ejercicio físico a su vida. Un plan nutricional basado en una alimentación adecuada sin restricciones y una rutina de ejercicios aeróbicos, de resistencia, de equilibrio y de flexibilidad son la base del programa.
El estudio también tiene como objetivo demostrar que las estrategias no farmacológicas deben ser parte integral del manejo de la enfermedad, además de analizar el impacto en el deterioro funcional de episodios de hipoglucemia sintomática y de hospitalizaciones. Los impulsores de DIABFRAIL-LATAM destacan la relevancia del programa, teniendo en cuenta que hay pocos estudios de intervención en personas mayores con diabetes y que las guías clínicas parecen tener una utilidad limitada en estas personas.
Una de las enfermedades más prevalentes en mayores
Y eso pese a que la diabetes mellitus tipo 2 es una de las enfermedades más prevalentes en adultos mayores y se asocia a síndromes geriátricos, entre los que destaca la fragilidad, y que tiene consecuencias de gran impacto en la calidad de vida de las personas, como por ejemplo la pérdida de visión, incontinencia, depresión o caídas.
Por ello, desde CEOMA, su presidente José Luís Fernández Santillana, hace un llamamiento a las administraciones públicas para que “se impliquen más” con los pacientes y “que se incremente la distribución de sensores de medición electrónica de glucosa”, ya que “ello liberará a los futuros usuarios de los pinchazos, pudiendo vigilar su nivel de glucosa desde un dispositivo móvil”. De este modo, según Fernández Santillana, “se reducirían las visitas a urgencias y hospitalizaciones de las personas con diabetes, al tener más información y poder regular la dosificación desde sus domicilios”.