Las enfermedades reumáticas afectan a 1 de cada 4 adultos en España, lo que supone en torno a 11 millones de personas, según confirman los datos del Estudio EPISER (Estudio de prevalencia de las enfermedades reumáticas en la población adulta en España) elaborado por la Sociedad Española de Reumatología.
Estas enfermedades reumáticas pueden ser de diversa índole: musculoesqueléticas y de origen mecánico, patologías inflamatorias como la artritis reumatoide y las espondiloartritis, o enfermedades autoinmunes sistémicas (EAS) como el lupus eritematoso sistémico, la esclerodermia, la enfermedad de Sjögren y las vasculitis, entre otras; así como las enfermedades autoinflamatorias que, a pesar de ser menos frecuentes, provocan un gran impacto en las personas que las padecen, habitualmente en edad joven.
De hecho, hay descritas más de 200 enfermedades reumáticas y muchas de ellas siguen siendo grandes desconocidas, además de estar rodeadas de falsas creencias como aquella que las relaciona en su mayoría con personas mayores. En este sentido, la Dra. Mercedes Alperi, jefa de Sección de Reumatología del Hospital Universitario Central de Asturias, advierte que “esta idea es totalmente falsa. A diferencia de lo que piensa la población, las enfermedades reumáticas pueden afectar a cualquier edad, género, raza, posición social, etc. Si bien es cierto que hay algunas patologías que están asociadas con el envejecimiento de la población (artrosis y osteoporosis), hay otras muchas que afectan a personas jóvenes e incluso en edad infantil”.
Tal y como señala esta experta, es fundamental “aumentar el conocimiento sobre las enfermedades reumáticas para que la población reconozca los principales síntomas y acuda al médico de Atención Primaria, para que éste pueda derivar al reumatólogo y, de esta manera, conseguir una intervención temprana, que mejore el pronóstico de estas enfermedades a largo plazo, evitando daños innecesarios”. En esta misma línea, Mónica Lozano, gerente de la Liga Reumatológica Asturiana (LAR), incide en que “acercar la Reumatología a los pacientes es fundamental”, y también lo es “seguir trabajando juntos para poder mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades reumáticas”.
Osteoporosis, artritis reumatoide y enfermedad autoinmune sistémica
Respecto a la osteoporosis, una enfermedad metabólica ósea que conlleva una disminución de la resistencia de los huesos y un aumento del riesgo de fractura, la Dra. Estefanía Pardo Campo, reumatóloga del Hospital Universitario Central de Asturias, señala que “se considera un problema de salud muy importante a nivel mundial. Se denomina ‘silente’ porque no ocasiona síntomas perceptibles hasta que se produce su principal complicación: el desarrollo de fracturas por fragilidad. Actualmente se producen 782 fracturas por este motivo al día en población española”.
Por su parte, la Dra. Marta Loredo, especialista del mismo Hospital, destaca la importancia de la nutrición y el estilo de vida en las personas con artritis reumatoide, recalcando “la importancia de adquirir hábitos saludables como la práctica de ejercicio físico, tener una dieta mediterránea y evitar el tabaquismo, entre otros factores”.
El Dr. Ignacio Braña Abascal, también del mismo centro asturiano, destaca algunas limitaciones en las personas que tienen que convivir con una enfermedad autoinmune sistémica, señalando que “en estas patologías el sistema inmunitario agrede al propio organismo del paciente y pueden verse afectados diferentes órganos, como los riñones, el corazón, los pulmones o el sistema nervioso, entre otros. Son afecciones de causa desconocida, aunque en la mayoría de los procesos existe una predisposición genética”.
“Además, en ellas intervienen ciertos factores ambientales, entre los que se podría destacar el consumo de tabaco, la exposición al sol, ciertas infecciones virales, algunos fármacos, situaciones de estrés vital y otros peor definidos”, advierte el Dr. Braña.