Un innovador proyecto ha unido a alumnos de la Escuela Joan Roig de Tarragona con personas mayores residentes de CleceVitam Daurada. A través de encuentros intergeneracionales cada quince días ambas generaciones comparten experiencias, conocimientos y valores, creando vínculos que benefician a todos los participantes.
La Escuela Joan Roig de Tarragona y la residencia CleceVitam Daurada han firmado un convenio, que se prolongará durante todo el curso escolar, a través del cual se propician encuentros intergeneracionales cada quince días. El objetivo de este convenio es que tanto el alumnado como las personas usuarias se nutran mutuamente a través del intercambio de sus experiencias.
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Fernando del Pino, educador social de CleceVitam Daurada, afirma que el trato con otras generaciones aporta numerosos beneficios físicos, cognitivos y emocionales para la salud de los y las residentes del centro. Y es que, «por un lado, les permite trabajar sus habilidades sociales y comunicativas, ya que, a través de las conversaciones, pueden compartir todo su conocimiento, valores y sabiduría a las nuevas generaciones, hablar de su vida y, así, trabajar la reminiscencia y la memoria. Además, también les aporta bienestar emocional, mejorando su autoestima, vitalidad y estado anímico, porque se sienten valorados y escuchados, dos cosas que valoran mucho; y, por otro lado, les aporta beneficios físicos, ya que el contacto con la gente más joven los mantiene más activos».
Estos encuentros han sido valorados de manera muy positiva entre los usuarios de la residencia. Una de los usuarias, Roser Anguera, explica que «me gustan mucho estos encuentros porque estar con gente joven me da mucha alegría y también me satisface ver que hay una juventud tan bonita que se preocupa por las personas mayores».
Por su parte, Josep Gras, también residente, recalca que «es una actividad preciosa que nos permite tener contacto con jóvenes y recordarnos la época que íbamos al colegio. Además, a los alumnos les gusta estar con nosotros, y cuando vienen a vernos pueden comprobar que, aunque ya seamos mayores, podemos hablar con ellos de lo que sea, explicarles anécdotas de nuestra época, y eso les genera mucha curiosidad».
Por su parte, los estudiantes también se benefician de estos encuentros, porque pueden establecer relaciones más significativas con las personas mayores, conocer otras realidades, romper con los prejuicios y estereotipos de las personas mayores, practicar la escucha activa y observar las diferencias generacionales que existen entre ellos.
Así lo explica Salvador Calvet, profesor del Colegio Joan Roig, señalando que «muchos de los estudiantes no tienen abuelos o no los ven porque viven fuera, y a través de iniciativas como esta pueden tener contacto con las personas mayores, aprender a empatizar, a conocer otras maneras de ser, cómo se vivía antes, aprender que algunas personas mayores pueden manejar otros tiempos diferentes a los suyos, por lo que deben ser más pacientes. Con todo, es una experiencia muy enriquecedora y se han creado vínculos entre algunos residentes y alumnos muy bonitos».
En uno de los últimos encuentros, las personas mayores compartieron su historia de vida y sus conocimientos, detallando sus orígenes y a qué se habían dedicado a lo largo de su etapa profesional. «Fue una actividad compartida muy especial, porque mientras las personas usuarias explicaban algunos oficios que ejercían y que hoy en día ya no existen; los jóvenes les comentaban aquellos nuevos trabajos a los que se quieren dedicar en un futuro», indica el trabajador social de la residencia.
Este tipo de iniciativas conforman un pilar de la programación anual de CleceVitam Daurada que busca ayudar a combatir la soledad no deseada y el aislamiento, promover el bienestar y el envejecimiento activo de las personas usuarias, haciéndolas sentir protagonistas y partícipes de la comunidad.