Un estudio, dirigido por investigadores de las universidades británicas de Cambridge y Exeter, ha identificado varios medicamentos, ya aprobados y en uso, que podrían emplearse para mejorar el abordaje de las demencias.

En el Reino Unido, las demencias son una de las principales causas de muerte, esto se traduce en sufrimiento tanto para los afectados como a su entorno. Además, se estima que el coste mundial del deterioro cognitivo ya superó el billón de dólares estadounidenses. De momento, la identificación de fármacos que ralenticen o prevengan la demencia no ha tenido mucho éxito, puesto que hasta hace poco, los medicamentos contra la demencia solo actuaban mínimamente sobre los síntomas.

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Medicamentos que ya existen para el tratamiento de otras patologías pueden mejorar también el abordaje de las demencias

Según como se ha demostrado recientemente, los medicamentos lecanemab y donanemab reducen la acumulación de placas amiloides en el cerebro, lo cual es clave en el Alzheimer. Esto ralentiza que la enfermedad avance. Sin embargo, el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Cuidado (NICE) ha concluido que los beneficios no son suficientes como para justificar su aprobación para su uso en el Servicio Nacional de Salud (NHS).

Por ello, los científicos acudiendo cada vez más están a medicamentos que ya existen con el fin de verificar si también pueden mejorar el tratamiento de la demencia. Además, gracias a que su perfil de seguridad ya se conoce, se puede acelerar el paso a los ensayos clínicos en gran medida.

Así, si se hayan medicamentos que ya estén aprobados para otros padecimientos será mas fácil llevarlos a ensayos y hacer que lleguen a los pacientes más rápido que si se tratara de un fármaco nuevo, señala el Dr. Ben Underwood, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge y del NHS Foundation Trust de Cambridgeshire y Peterborough. Este especialistas añade que «el hecho de que ya estén disponibles probablemente reducirá los costos y, por lo tanto, aumentará las posibilidades de que sean aprobados para su uso en el NHS«.

En busca de medicamentos que modifiquen el riesgo

En una revisión sistemática de la literatura científica existente, el Dr. Underwood, junto con la Dra. Ilianna Lourida, de la Universidad de Exeter, han elaborado un estudio publicado en Alzheimer’s and Dementia: Translational Research & Clinical Interventions, en el que buscaron evidencias de medicamentos recetados que modifica el riesgo de demencia. Han recopilado estudios en los que la evidencia puede ser débil o incluso contradictoria para tener conclusiones más sólidas. Así, se examinaron 14 estudios con datos de más de 130 millones de personas y 1 millón de casos de demencia.

La hipótesis de que las demencias comunes pueden ser desencadenadas por infecciones virales o bacterianas ahora se respalda con un descubrimiento que asocia los antibioticos, antivirales y vacunas con un menor riesgo de demencia, esto apoya el interés en vacunas, como la vacuna BCG para la tuberculosis, y su relación con un menor riesgo de demencia.

Por otra parte, la inflamación es un factor de riesgo en una amplia gama de afecciones neurodegenerativas, y los medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno, están asociados con un menor riesgo. Además, su papel en tratamiento de la demencia lo apoya el hecho de que algunos genes que aumentan el riesgo de demencia forman parte de vías inflamatorias.

También sew hallaron evidencias que se contradicen para diferentes clases de medicamentos, algunos se relacionan con un menor riesgo, como los de la presión arterial, antidepresivos y en menor medida, para la diabetes, mientras tanto, otros medicamentos se relacionan con un mayor riesgo.

Los medicamentos no tienen porque ser el factor que aumente el riesgo

La Dra. Ilianna Lourida del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Cuidado (NIHR) Applied Research Collaboration South West Peninsula (PenARC), de la Universidad de Exeter, afirma que el hecho de que un fármaco tenga relación con el riesgo de sufrir demencias no tiene porque ser que las causen o ayude en ellas, por ejemplo, la diabetes aumenta su riesgo, por lo que los que tomen su tratamiento van a tener más riesgo, pero no necesariamente por el medicamento.

Las contradicciones en la evidencia pueden ser debidas a diferencias en la realización de cada estudio y la recopilación de datos, e incluso a que distintos medicamentos tienen como objetivo diferentes mecanismos biológicos en muchas o ocasiones, incluso si están dentro de la misma clase.

El gobierno del Reino Unido está apoyando el desarrollo de una plataforma de ensayos para el Alzheimer con el objetivo de evaluar medicamentos rápida y eficientemente, incluyendo medicamentos usados actualmente para otros padecimientos.

«Agrupar estos enormes conjuntos de datos de salud proporciona una fuente de evidencia que podemos usar para ayudarnos a enfocarnos en qué fármacos deberíamos probar primero», afirma el Dr. Underwood. «Tenemos la esperanza de que esto signifique que podamos encontrar algunos tratamientos muy necesarios para la demencia y acelerar el proceso de llevarlos a los pacientes», concluye.

Las personas interesadas pueden consultar aquí es estudio ‘Data-driven discovery of associations between prescribed drugs and dementia risk: A systematic review’.