Una investigación del Hospital Clínico San Carlos de Madrid identifica una relación directa entre el aumento del plexo coroideo y las alteraciones cognitivas, cerebrales e inmunológicas en pacientes con COVID persistente. Los hallazgos abren nuevas vías para comprender y tratar los síntomas neurológicos a largo plazo de esta enfermedad.
Un equipo multidisciplinar de investigadores del Hospital público Clínico San Carlos de la Comunidad de Madrid ha establecido una relación directa entre las alteraciones cognitivas, cerebrales e inmunológicas en pacientes con COVID persistente y el aumento del volumen del plexo coroideo.
El objetivo del estudio, publicado en la revista internacional Molecular Psychiatry, ha sido investigar el plexo coroideo en pacientes con COVID de larga duración y evaluar sus relaciones con las alteraciones cognitivas, cerebrales e inmunológicas. Estos pacientes suelen presentar síntomas que persisten a largo plazo después de la infección, entre los que el deterioro cognitivo es uno de los más prevalentes.

Los plexos coroideos son estructuras del cerebro, entre cuyas funciones destacan la producción de líquido cerebroespinal y el transporte de moléculas en el sistema nervioso central. Ha sido considerado la entrada de las células inflamatorias en el cerebro, ya que el epitelio que los recubre es particularmente susceptible a los efectos del SARS-CoV-2 en la fase aguda, lo que podría repercutir posteriormente en personas con COVID persistente.
Cambios cerebrales y aumento de las disfunciones cognitivas
En la investigación han participado 129 pacientes con COVID persistente, después de un promedio de 14 meses de evolución desde la infección, que presentaban fatiga, disfunciones en el sueño y en el olfato, y problemas cognitivos, especialmente en lo referente a la atención, a la velocidad de procesamiento de la información y la memoria episódica.
El 73% de los participantes eran mujeres y la edad media de 49 años. Durante el estudio se incluyeron también 36 controles y fueron analizados mediante una evaluación neuropsicológica, neuroimagen avanzada y marcadores inmunológicos.
Jordi Matías-Guiu Antem, neurólogo del Hospital Clínico San Carlos e investigador principal del estudio, destaca que los resultados de la investigación “han revelado un aumento del volumen del plexo coroideo en las personas con COVID persistente en comparación con los pacientes sanos del estudio. Dicho aumento se asoció también con disfunciones cognitivas y cambios cerebrales, tanto estructurales como funcionales”.
El estudio, “Choroid plexus volume is enlarged in long COVID and associated with cognitive and brain changes”, ha sido el resultado de una colaboración entre especialistas de Neurología, Radiología e Inmunología de este hospital público madrileño y forma parte de una línea de investigación consolidada sobre el estudio de los síntomas asociados al COVID persistente y diseño de tratamientos por parte de este equipo del Clínico San Carlos.
Según María Díez Cirarda, neuropsicóloga del Hospital Clínico San Carlos y primera autora del estudio, estos descubrimientos sugieren “que la integridad del plexo coroideo podría desempeñar un papel relevante en la fisiopatología de los déficits cognitivos y en los cambios cerebrales observados en personas con COVID persistente”.
“La función previamente documentada del plexo coroideo en el mantenimiento de la homeostasis cerebral y en la regulación de la entrada de células inmunitarias al cerebro respalda la presencia de mecanismos neuroinflamatorios en este trastorno”, y añade, que este descubrimiento “es relevantes para el conocimiento de los mecanismos asociados a los problemas neurológicos en el COVID persistente”.
Los mecanismos subyacentes de estas alteraciones cognitivas y cerebrales siguen siendo desconocidos, “pero se ha considerado principalmente la neuroinflamación y los mecanismos inmunológicos. En este sentido, en nuestro estudio se ha propuesto el volumen del plexo coroideo como un marcador de neuroinflamación en condiciones mediadas por el sistema inmune. La afectación neurológica es cada vez más reconocida, pero siguen existiendo aún preguntas acerca del mecanismo y estos resultados son novedosos porque nos acercan a un potencial mecanismo que explique ese daño neurológico”, declara Matias-Guiu Antem.