El respeto a la capacidad de decisión y a la individualidad es fundamental para el bienestar de las personas mayores. Sin embargo, persisten actitudes paternalistas que, lejos de ser un gesto de cuidado, pueden derivar en infantilización y limitar su autonomía.
Este fenómeno, conocido como «edadismo condescendiente«, afecta a la autoestima de las personas mayores y reduce su participación activa en la sociedad. Ante esta situación, Miryam Piqueras, directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores, señala que «es necesario cambiar la percepción social del envejecimiento y entender que la edad no disminuye la capacidad de aprendizaje ni la toma de decisiones. Las personas mayores siguen siendo protagonistas de su propia vida y es fundamental darles voz y reconocimiento en todos los ámbitos».

El uso de un lenguaje inapropiado o un tono excesivamente protector son algunas de las formas más comunes de infantilización. En este sentido, «frases como ‘cariño’ o ‘campeón’ pueden percibirse como condescendientes si no hay un vínculo afectivo previo. En su lugar, para tratarles como adultos plenamente capaces, es sugerible emplear un lenguaje claro y respetuoso», indica Piqueras.
Además, también clave fomentar su participación en la toma de decisiones diarias, ya sea en su hogar o en centros residenciales. Para ello, es esencial darles la posibilidad de elegir cómo quieren vivir, qué actividades desean realizar o cuáles son sus preferencias alimenticias para fortalecer su sentido de control y bienestar emocional.
Bajo esta perspectiva, los expertos de Sanitas Mayores aconsejan seguir una serie de pautas para promover un trato adecuado y evitar caer en el edadismo que supone la infantilización:
- Evitar hablar en su lugar
Permitir que los mayores expresen sus ideas sin intervenir en su discurso es fundamental para reforzar su autonomía. En caso contrario, puede dar la impresión de que no son capaces de comunicarse por sí mismos, lo cual aminora su confianza y participación social.
- Adaptar la comunicación según sus necesidades
En vez de hablarles más alto o más despacio de manera automática, es recomendable preguntar cómo prefieren que se les hable. Por ejemplo, algunas personas pueden tener pérdida auditiva, pero otras no necesitan ajustes, y asumirlo puede resultar molesto o desmotivador.
- Proponer actividades compartidas
Ofrecer opciones para realizar actividades juntos contribuye a que la persona mayor decida cuáles le interesan y fortalece su independencia. Sin embargo, imponer actividades consideradas adecuadas para su edad puede llevar a que se sientan encasillados y sin opciones de explorar nuevos intereses.
- Tratarles como individuos con conocimientos propios
Muchas personas mayores han acumulado una gran cantidad de experiencia y vivencias únicas. Por ello, es primordial reconocer y valorar lo que pueden aportar, promoviendo un intercambio real y enriquecedor de ideas. De esta manera, no asumirán que necesitan enseñanza constante y su estado de ánimo no se verá afectado.
«Aplicando estas pautas en el día a día, nos aseguraremos de fomentar la participación activa de los mayores, lo cual trae consigo beneficios cognitivos y emocionales significativos. Al sentirse valorados y escuchados, se mitigan los niveles de estrés y ansiedad, mejorando así su memoria y la capacidad de toma de decisiones. Asimismo, mantener interacciones sociales donde puedan compartir su opinión y experiencias potencia su autoestima, y es un factor protector frente al deterioro cognitivo», concluye Andrea Trujillo, psicóloga de Blua de Sanitas.