Con motivo de la celebración el 13 de enero del Día Mundial de la Depresión, desde la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) recalca la relación existente entre la depresión, el aislamiento y la soledad, que afecta tanto a pacientes como a las personas cuidadoras. Estos factores impactan en la calidad de vida de quienes viven con ello, y generan barreras importantes para el manejo adecuado de la enfermedad.

Como señalan desde CEAFA, la labor de cuidado de una persona con Alzheimer implica una gran carga emocional y física. La atención constante, las alteraciones en la rutina diaria y el desgaste asociado a las etapas avanzadas de la enfermedad suelen derivar en altos niveles de estrés. A menudo, puede evolucionar hacia estados de depresión en los cuidadores, especialmente en aquellos que no cuentan con una red de apoyo sólida.

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La relación entre depresión, aislamiento y soledad afecta tanto a los pacientes de Alzheimer como a las personas cuidadoras

Y es que “la depresión no solo afecta a la salud mental del cuidador, sino que también conduce a un progresivo asilamiento social. La falta de tiempo, las responsabilidades y el estigma asociado a la enfermedad pueden convertir esa etapa en una experiencia solitaria, dificultando el acceso a recursos de ayuda y empeorando el bienestar global del cuidador”, advierten desde CEAFA. 

Por otra parte, la depresión también afecta a las personas diagnosticadas en las fases iniciales de Alzheimer. Muchos pacientes experimentan un duelo emocional tras conocer su diagnóstico, lo que puede llevarles a aislarse de sus círculos sociales, familiares y actividades habituales. Este aislamiento, si no se aborda adecuadamente, puede agravar la sintomatología depresiva, creando una barrera adicional para su bienestar. 

Además, la depresión en estas etapas iniciales a menudo se confunde con los primeros síntomas de demencia, complicando los diagnósticos y retrasando la intervención adecuada. Por ello, una atención temprana y multidisciplinar es clave para diferenciar estas condiciones y ofrecer el apoyo necesario tanto a nivel médico como social. “Es fundamental contar con equipos multidisciplinares que garanticen un diagnóstico certero y un acompañamiento emocional temprano”, comenta la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias.

Por último, esta Confederación hace un llamamiento a la sociedad para romper el aislamiento de los cuidadores y pacientes. Y combatir la soledad pasa por:

  • crear redes de apoyo que integren a los cuidadores y fomenten su bienestar emocional
  • ampliar los recursos de diagnóstico y atención temprana para pacientes con síntomas iniciales de Alzheimer
  • sensibilizar sobre la importancia de la salud mental en el ámbito del Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer afecta a casi 5 millones de personas, entre pacientes, familiares y personas cuidadoras, por ello, desde CEAFA se destaca la importancia de promover estrategias de apoyo psicológico, redes de soporte y servicios de respiro que permitan a los cuidadores mantenerse conectados y emocionalmente saludables.