La edad biológica, diferente de la edad cronológica por la fecha de nacimiento y que varía en función de los hábitos de vida y otros factores externos, tiene una influencia directa en el riesgo de desarrollar cáncer después de sufrir cualquier clase de ictus. En concreto, cada año de edad biológica superior a la cronológica, lo que se conoce como aceleración de la edad biológica, incrementa este riesgo un 6,6%, según un estudio del Instituto de Investigación del Hospital del Mar y del Servicio de Neurología del Hospital del Mar.

La relación entre cáncer e ictus es conocida, ya que se calcula que el 6% de las personas que sufren cáncer sufrirán un ictus durante su vida. A la vez, que entre el 6 y el 12% de los pacientes de ictus desarrollarán un tumor a largo plazo, con una incidencia de cáncer 2,4 veces más alta en esta población. Pero no se conocen las causas, campo en el cual este estudio, publicado Genome Medicine, supone un paso adelante.

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En la imagen, los investigadores miembros del equipo del estudio Joan Jiménez Balado, Ángel Ois, Antoni Suárez Pérez y Jordi Jiménez Conde

En este sentido, tal y como destaca el Dr. Antoni Suárez-Pérez, investigador del Grupo de investigación Neurovascular del Instituto de Investigación del Hospital del Mar y médico del Servicio de Neurología del centro, «hemos demostrado que los pacientes con una aceleración de la edad biológica después de haber sufrido un ictus tienen más riesgo de desarrollar cáncer».

La aceleración de la edad biológica y el riesgo de desarrollar cáncer

Para llegar a esta conclusión, se han analizado datos de 648 pacientes tratados por cualquier tipo de accidente cerebrovascular atendidos en el Hospital del Mar entre el año 2005 y 2014, con seguimiento hasta enero del 2023, de los cuales se disponía de datos genéticos a partir de análisis de sangre, hecho que ha permitido determinar su edad biológica.

A los pacientes estudiados, con una edad media de 73 años y casi el 60% hombres, se les hizo un seguimiento de más de ocho años de media y en 83 casos, cerca del 13% del total, sufrieron algún tipo de cáncer. El más habitual, el 41%, fueron los tumores gastrointestinales. El perfil del paciente que desarrolló cáncer era el de un hombre, con un consumo más alto de alcohol.

Los investigadores estudiaron la edad biológica con seis algoritmos bioinformáticos aplicados a muestras de sangre de los pacientes. Así, pudieron determinar que, por cada año de más edad biológica respecto de la cronológica, el aumento del riesgo de desarrollar cáncer a largo plazo era de un 6,6%. «El estudio ha revelado, por primera vez, que esta aceleración de la edad biológica, según unos marcadores epigenéticos, tiene una relación directa con el incremento del riesgo de desarrollar cáncer a largo plazo después de sufrir un ictus», recalca el Dr. Suárez-Pérez.

Uno de los factores a tener en cuenta es que la aceleración de la edad biológica es reversible, es decir, se puede mejorar actuando sobre los hábitos de vida e implantando un estilo de vida más saludables, abriendo la puerta a intervenciones para reducir este riesgo. «Controlando nuestros hábitos y la exposición a factores externos, podemos revertir el patrón de metilación de nuestro genoma que se refleja en una mayor edad biológica, desacelerándola», apunta el Dr. Suárez-Pérez, que añade que «de esta manera, indirectamente, podríamos disminuir el riesgo de cáncer en las personas que han sufrido un ictus», concluye el especialista del Grupo de investigación Neurovascular del Instituto de Investigación del Hospital del Mar.

Las personas interesadas pueden consultar aquí el estudio ‘Epigenetic age and long-term cancer risk following a stroke’, publicado Genome Medicine.