Un artículo de Ana Santaolalla
Responsable de proyectos
de Los Llanos Vital y Proyecto Megara
El deterioro cognitivo supone la pérdida de algunas de nuestras capacidades, una de las principales es la memoria, pero perder la memoria no significa no poder hacer cosas o poder seguir disfrutando con las que hacemos. En Los Llanos Vital sabemos que, precisamente, lo mejor que se puede hacer en estos casos es que los mayores hagan el mayor número de cosas posibles, dándoles herramientas para complementar sus capacidades, ya que esto les ayudará a mantenerse activos y a seguir ejercitando su memoria, algo fundamental en este tipo de patologías.
Tenemos muy claro que el hecho de que los mayores se mantengan socialmente activos es fundamental para tratar el deterioro cognitivo. Por ello apostamos por una serie de actividades innovadoras que fomentan su participación y hacen que trabajen aquellas partes de la memoria que nos interesa mientras disfrutan de un buen rato en compañía, entre otros, de los jóvenes de los colegios cercanos con los que desarrollamos todo un programa de actividades intergeneracionales.
Es el caso, por ejemplo, de nuestra Radio Siempre Vital. Varias veces al año el Salón de Actos de nuestra Residencia y Centro de Día se convierte en todo un estudio de radio. Los micrófonos dan voz a nuestros mayores que durante varias semanas han trabajado conjuntamente con las alumnas del Colegio Orvalle los contenidos de cada programa.
Durante las sesiones de trabajo deciden en equipo los temas a tratar, el enfoque que les van a dar y se guionizan los contenidos. Es posible que el día de la emisión los mayores que tienen deterioro cognitivo no recuerden lo que decidieron en las sesiones de trabajo, pero sí saben que tienen un guión entre sus manos y un micrófono abierto a escuchar lo que tienen que decir, que están desarrollando una actividad importante. Las alumnas del Orvalle son, en este caso, su punto de apoyo para seguir el programa, el complemento a su deterioro y las facilitadoras de la actividad.
Lo mismo conseguimos con otra de nuestras actividades intergeneracionales, el programa Érase, que desarrollamos con el Colegio Montessori. Cada jueves, un grupo fijo de mayores de Los Llanos Vital se acerca al colegio para compartir una hora de lectura con los pequeños. El aula se divide en parejas de mayor/pequeño y los niños se acercan uno a uno para practicar su lectura con uno de los mayores. El mayor ayuda al pequeño a pronunciar y entonar las palabras en las que tiene dificultad y saciar su curiosidad sobre aquellas que no conoce.
En el grupo de lectura hay siete personas, en concreto, dos de ellas tienen diagnosticada demencia. No son capaces de recordar qué día es o en qué días les toca ir al colegio, pero sí son capaces de, liderados por los mayores que no tienen deterioro cognitivo, participar activamente en la dinámica. Desde el momento en el que se preparan para montarse en la ruta que va al colegio saben perfectamente que van a ayudar a los niños a mejorar su lectura, que van a ser una parte importante para su aprendizaje. Además, como existe una rutina semanal en la actividad, conseguimos que generen un vínculo afectivo y cognitivo con esta actividad. Finalmente, ese espacio y tiempo, que en un principio no era reconocido por ellos, termina siéndolo.
Con esta actividad conseguimos que los mayores, por el mero hecho de estar con niños, se motiven, además de ser conscientes de la importancia de la labor que desempeñan. El mayor tiene el tiempo de acompañar al niño mientras lee, tiene serenidad, paciencia, no juzga los errores y tiene el conocimiento suficiente para poder explicarle conceptos que extraen de la lectura. De esta forma, el mayor se siente activo, desarrolla sentimientos de confianza y autoestima, recuerda conceptos que conoce, siente que ha dejado una enseñanza y se siente útil.
Otra de las terapias que nos ayuda a profundizar en la estimulación es la musicoterapia. ¡Es increíble cómo la música despierta sus sentidos y sus recuerdos!. Las personas con deterioro cognitivo no olvidan las letras y la música de las canciones que durante su infancia o juventud aprendieron bien. Recordar con ellos esas letras y que las canten pone a funcionar su memoria y la ejercita retrasando el avance de la enfermedad y despierta en ellos diferentes sentimientos.
Este taller se dirige precisamente hacia los mayores con deterioro cognitivo. Es una forma de utilizar el arte para fomentar su bienestar, de forma lúdica trabajamos la psicomotricidad y la memoria. De nuevo es una terapia que mejora la autoestima del mayor y su estado anímico. Al participar en ella segregan serotonina y liberan endorfinas, con lo que aumenta su sensación de bienestar y felicidad.
Otro de los imprescindibles que no pueden faltar entre nuestras terapias es el taller de costura. Al coser, tejer o bordar también se estimula una parte de su memoria, nuestras mayores realizan una actividad que conocen bien, con lo que conseguimos que vuelvan a conectar con ella. Es además un tiempo de interacción, ya que su dinámica favorece la conversación y el trabajo en grupo. No es imprescindible ser capaz de coser, lo imprescindible es querer estar en un espacio, donde lo que se hace conecta con algo mío, con algo en lo que me reconozco porque yo lo he hecho, y eso, eso es lo que a cada uno, en las capacidades que tiene, le motiva a “hacer” ese día.
Algo similar ocurre con nuestro huerto esperanza. Al plantar las semillas, regar, o recolectar los frutos que dan nuestros pequeños terrenos, los mayores con deterioro cognitivo vuelven a conectar con algo que, la mayoría de ellos, ha hecho en algún momento de su vida. Para que nuestro huerto esté bien cuidado los mayores cuentan, de nuevo, con la colaboración de los pequeños de colegios cercanos, a los que explican lo que tienen que hacer para que la tierra esté bien trabajada, o cómo recoger sus frutos sin dañar la planta.
De este modo, conseguimos no solo la transmisión del legado, sino también una actividad “compartida con gusto” entre estos dos grupos. La actividad genera relación y en lo que despierta esa relación es en lo que nosotros nos apoyamos.
En definitiva, desde Los Llanos Vital apostamos por este tipo de terapias con las que ayudamos a los mayores a mantener vivos sus recuerdos y a que estén socialmente activos. Con ello conseguimos mejorar su bienestar, trabajar su memoria y retrasar los efectos negativos asociados al deterioro cognitivo. Hemos visto que estas terapias funcionan, y seguiremos apostando por ellas y creando otras nuevas con las que podamos seguir profundizando en nuestro trabajo.
