El año pasado la ONG Accem, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales, puso en marcha el concurso de relatos breves Historias de mujeres que viven solas, una iniciativa con la que se pretendía dar visibilidad y sensibilizar sobre la soledad no deseada que sufren muchas mujeres mayores. Ahora, en el marco de la campaña “Solas NO”, se presenta un cortometraje cuyo guión se basa en el relato ganador.
Más de 400 relatos cortos se presentaron al concurso de microrrelatos sobre la soledad en las mujeres mayores que lanzó Accem, siendo el ganador el que presentó Sara María Laborda, de Barcelona, bajo el título “La soledad de la Sra. Vila”. En la web www.accem.es/mayoressolas se recogen los mejores relatos en audio, escritos y video presentados al concurso, muchos de ellos escritos por las propias mujeres mayores, como el que finalmente resultó ganador.
La campaña “Solas NO” (#SolasNO en redes sociales) incide en la feminización de la vejez. Y es que, como apuntan desde Accem «no solo hay diferencias biológicas y emocionales entre hombres y mujeres en el proceso de envejecimiento. Interfieren otras desigualdades derivadas del tipo de vida que se ha llevado, teniendo en cuenta condicionantes económicos, culturales y sociales».

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La soledad no deseada origina daños físicos y psíquicos muy difíciles de remediar en solitario

 
De este modo, las mujeres mayores se ven afectadas de forma más acentuada por factores como la clase social, etnia, una educación tradicional con un desigual reparto de tareas en función del sexo, la asignación de roles y estereotipos de género, la falta de acceso a trabajo remunerado, su mayor vulnerabilidad a la pobreza o las dificultades de acceso a la educación. Y esto provoca, como destacan desde la ONG, que las mujeres mayores sean uno de los colectivos más afectados por la desigualdad de género en la etapa más tardía de la vida. «Su acceso a una vida de envejecimiento activo es más complicado y por lo tanto es más necesario si cabe impulsar acciones de sensibilización y empoderamiento hacia estas mujeres con necesidades de atención integral sociosanitaria», advierten.
Desde Accem destacan como elementos que influyen en el aumento de la soledad de los mayores:

  • Los cambios demográficos en la sociedad actual, como las bajas tasas de natalidad o el incremento de la esperanza de vida; también el trasvase de población del ámbito rural al urbano.
  • Cambios sociales como el surgimiento de nuevos modelos familiares, la crisis en los sistemas de cuidados, la desprotección familiar y las dificultades para conciliar vida familiar y social.
  • A medida que se está desarrollando un entorno más favorable para la interacción social con los avances tecnológicos, esta es más superficial, impersonal y se invierte menos tiempo.

La ausencia de lazos familiares y relaciones interpersonales, la soledad en definitiva, origina en quien los sufre, daños físicos y psíquicos muy difíciles de remediar en solitario. Los investigadores admiten quela soledad desencadena respuestas en el cuerpo que hacen enfermar a las personas. «La soledad no buscada es un problema de salud pública, como el tabaquismo o la obesidad, frente al que hay que desarrollar campañas de sensibilización para hacer consciente a la población de su existencia, darle una mayor visibilidad y diseñar iniciativas para combatirla», advierten desde Accem.
«No estamos hablando de personas que viven solas, sino de personas que se sienten solas. Hablamos de soledad cuando no es escogida y a la carencia de compañía se le suma el sentimiento subjetivo de no tener a nadie, de tristeza, de vacío». Y la soledad a cualquier edad, «provoca mucho sufrimiento y exclusión social, con el tiempo se agudiza, pudiendo llevar al aislamiento social. En la mayoría de estos casos las personas mayores acabarán presentando un deterioro funcional, físico y de la salud en general«.