Un artículo de David Curto
Jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores
Hace unos días asistíamos a la jornada “Innovando para las personas que viven con demencia” en el edificio de la Fundación Sanitas, donde tuvimos la oportunidad de escuchar las intervenciones de expertos internacionales como Andrew Ketteringham, tesorero de Alzheimer’s Disease International (ADI) y presidente del Consejo Directivo de Friends of ADI, y Yuri Quintana, PhD Harvard Medical School, entre muchos otros.
Durante la segunda mesa redonda, Carmen Terrón, del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, expuso la relación entre la actividad y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, a través de diferentes estudios que resultaron ser muy inspiradores para todos.
Por ejemplo, Carmen explicó que los ancianos de entre 70 y 80 años que se han mantenido físicamente activos en los cinco años previos podrían tener «un 40 por ciento menos de posibilidades de desarrollar Alzheimer». Este dato me parece realmente interesante porque de alguna manera evidencia la relevancia del envejecimiento activo en la prevención de muchísimas enfermedades, no sólo en demencias. Según la OMS, los mayores físicamente activos presentan menor mortalidad debida a cardiopatías coronarias, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2, cáncer de colon y de mama, y depresión.
La Organización Mundial de la Salud define el envejecimiento activo como “el proceso de optimización de oportunidades para la salud, la participación y la seguridad que permitan garantizar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen”. Sin embargo, y bajo mi experiencia, creo que es justo añadir que el envejecimiento activo permite a las personas mayores aprovechar todo su potencial, ya sea físico, mental o social, para transmitir una imagen positiva.
En este sentido, me gustaría hacer una reflexión sobre la importancia de combinar diferentes tipos de actividad. Mi compañera Carmen comentaba en su intervención cómo realizar actividades físicas y de estimulación cognitiva mejoraba en gran medida los resultados y evitaba que los mayores alcancen niveles de saturación durante la realización de actividades. Un mix recomendable podría ser un 25/60: 25 minutos de actividad física y una hora de estimulación cognitiva.
Diría que los primeros 25 minutos los cumplen la mayoría de los mayores o al menos es el grupo poblacional que más tiempo dedica a la actividad física en España. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en su Barómetro de febrero cifra en un 34% los mayores de 65 años que realizan actividad física todos los días, frente a menos del 20% de los jóvenes de 18 a 24 años que lo hace con esta frecuencia.
Sin embargo, todavía hay camino por recorrer en la realización de actividades recreativas, ocupacionales y comunitarias que estimulen el sistema cognitivo. Ver películas ayuda a desarrollar el pensamiento crítico y la capacidad de atención, la música favorece la expresión emocional y la relación social, la jardinería mejora la movilidad y la flexibilidad, la pintura desarrolla la capacidad de concentración y paciencia, la costura alivia la ansiedad y aumenta el autocontrol y los juegos de mesa ralentizan el deterioro congnitivo. Éstos son sólo algunos ejemplos, pero las posibilidades son muy variadas y pueden adaptarse a los intereses de cada residente.
Precisamente, bajo este interés por personalizar las actividades y fomentar el envejecimiento activo, este mes ponemos en marcha un nuevo proyecto en Sanitas Mayores. “Un Gran Club” es una iniciativa que nace para dar más protagonismo a los residentes en la creación y organización de actividades que puedan ser de su interés y favorezcan la autonomía y el envejecimiento activo.
De esta manera, los 46 centros de España fundarán un club para fomentar las actividades físicas, de bienestar, sociales y manuales, que más se adapten a los gustos de sus residentes dentro de una de estas cuatro áreas temáticas: bienestar, deporte, trabajos manuales y cultura. Cada club estará formado por un presidente y un vicepresidente, residente o familiar; un tesorero, que administrará el presupuesto de las actividades bajo la supervisión del director/a del centro; un dinamizador, que podrá ser cualquier empleado, forme parte o no del equipo técnico; y por supuesto, con varios socios: residentes, familiares, empleados o familiares de empleados, tantos como quieran apuntarse.
Se trata de que todos nos involucremos más en las actividades de los mayores, compartamos momentos de calidad con ellos y, muy importante, logremos que el desarrollo de éstas se realice de forma espontánea puesto que es recomendable no forzar a los mayores para evitar el aburrimiento y el abandono de la actividad.
En total más de 5.000 residentes de Sanitas Mayores familiares o voluntarios podrán participar en las actividades que se desarrollen. Además, tras finalizar la primera edición tenemos planteado publicar las memorias de la acción para compartir los learnings e inspirar a otros centros residenciales que puedan estar interesados en estas prácticas. También celebraremos un acto de entrega de premios en el que premiaremos a los centros que hayan destacado en la organización de estas actividades por cada una de las categorías planteadas.
Esperamos poder seguir contándoos más actividades que incentiven el envejecimiento activo muy pronto. Para nosotros es una prioridad dentro de la orientación de la compañía por fomentar el envejecimiento saludable y feliz de nuestros mayores.
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Deberían acondicionarse áreas en clubs, tanto públicos como privados, para ejercicios de mayores, igual que se hace con los juegos infantiles.Hay deportes como el croquet, la petanca, etc. en los que tú te marcas el ritmo y al mismo tiempo se desarrolla la atención y el ejercicio físico.