/p>Temblor, lentitud y rigidez son tres de los síntomas motores más evidentes en la expresión del Parkinson, pero tal y como afirma Juan Carlos Gómez Esteban, coordinador del Área de enfermedades neurodegenerativas del Instituto Biocruces, más allá de los síntomas motores “existen también problemas en la piel y en la retina y afectaciones en el corazón, cuestión esta última en la que el grupo de Biocruces ha profundizado.
En el marco de los Encuentros con la Salud, una iniciativa conjunta de el diario El Correo y la agencia especializada Docor Comunicación, este experto ha destacado que “alrededor del 80% de las personas que padecen Parkinson expresan su incapacidad para elevar la frecuencia cardiaca hasta las 150 pulsaciones tras la práctica de ejercicio físico. Se quedan en torno a las 80/90 pulsaciones. Es lo que se conoce como insuficiencia cronotrópica.
Geriatricarea Parkinson Biocruces
Modificaciones de la temperatura en puntos calientes dolorosos, o con poca circulación, en las terminaciones nerviosas permite una detección precoz del Parkinson

A partir de esa constatación, el grupo que coordina Gómez Esteban ha profundizado en la investigación “con el propósito de identificar si estas alteraciones cardiacas son precoces o aparecen cuando la enfermedad avanza”. Para ello han estudiado formas genéticas de la enfermedad de Parkinson, porque son más rápidas y agresivas que las formas clásicas de la enfermedad.
El trabajo ha derivado en un hallazgo principal: la detección de que la enfermedad de Parkinson comienza muchos años antes de las primeras manifestaciones motoras y afecta al sistema nervioso vegetativo, particularmente a la inervación simpática del corazón.
En el avance de este estudio destaca el descubrimiento de dos mutaciones nuevas que producen enfermedad de Parkinson (E46K del gen SNCA) y parkinsonismos atípicos (K317M en el gen MAPT). “En estos años hemos definido el fenotipo clínico de ambas enfermedades que ha sido publicado en las prestigiosas revistas Annals of Neurology y Neurology”, destaca el coordinador del Área de enfermedades neurodegenerativas del Instituto Biocruces.
Según subraya este especialista, “algunas bajadas bruscas de tensión al ponerse de pie de manera repentina o después de comer, la ausencia de sudor o problemas de olfato o de estreñimiento son algunos de los síntomas que pueden considerarse a la hora de valorar el riesgo de un Parkinson de manera precoz”.
A raíz de esta investigación, el grupo ha progresado en otra investigación en colaboración con ASPARBI (Asociación Parkinson Bizkaia), cuyos resultados están previstos publicarse el próximo 11 de abril, Día mundial de Parkinson. “En este campo estamos trabajando con la utilidad de la cámara termográfica que permite ver puntos calientes dolorosos o con poca circulación en las terminaciones nerviosas del cuerpo humano (los vasos sanguíneos de manos y pies, en especial) con una simple fotografía cutánea. Esta cámara detecta leves modificaciones de la temperatura, lo que permite una detección precoz, afirma el coordinador de investigación de Biocruces.
El Parkinson es una enfermedad en la que la mayor parte de las personas afectadas tiene más de 65 años, pero no es exclusiva de las personas mayores. Según estimaciones de la Federación Española de Parkinson una de cada 5 personas afectadas es menor de 50 años. Según estimaciones de esta Federación, afecta a más de 160.000 personas en España, 30.000 de las cuales están sin diagnosticar.