/p>Ana I. Lima Fernández, presidenta del Consejo General del Trabajo Social desde 2006, ha sido nombrada Secretaria de Estado de Servicios Sociales, en sustitución de Pilar Díaz.

Previamente a asumir la máxima representación de la organización colegial del trabajo social, Ana Lima fue secretaria general de la organización y también ha desempeñado, de 2016 hasta la fecha, la presidencia de la Federación Europea de Trabajo Social y ha sido miembro de su Ejecutiva Mundial.
geriatricarea Anma Lima Secretaria de Estado de Servicios Sociales
Ana Lima cuenta con una dilatada experiencia profesional en servicios sociales

Cuenta con 22 años de experiencia profesional en servicios sociales, cuatro de ellos como trabajadora social de zona de Servicios Sociales Municipales y los otros 18 años como directora de los Servicios Sociales y del Centro de Atención Integral a Drogodependientes de la Mancomunidad de Mejorada-Velilla (Madrid).
Tal y como apuntan desde el Consejo General del Trabajo Social, los mandatos de Ana Lima se han caracterizado por la defensa del Estado de Bienestar y en concreto del Sistema Público de Servicios Sociales, el olvidado Cuarto Pilar. Su mandato ha coincidido prácticamente con los primeros síntomas de la crisis económica y, posteriormente, con los primeros recortes, en 2011.
Al frente del Consejo dio un giro en el estilo de la organización, denunció los recortes y se alineó con la Cumbre Social y con la Marea Naranja, animando a las y los profesionales a denunciar los efectos de los recortes en las personas. Ana Lima lideró la denuncia en el Parlamento Europeo de la vulneración de derechos humanos con la campaña “Derechos Sociales por la Dignidad”.
“Tenemos que poner nuestro empeño en transformar las estructuras sociales para contribuir, a través de las políticas sociales, a que las personas puedan vivir una vida que merezca la pena ser vivida”, afirma Ana Lima. En este sentido, desde el Consejo General ha fomentado el trabajo colaborativo y en red, dando lugar a un diálogo constante con entidades públicas, privadas y el tercer sector. Durante su presidencia, Ana Lima impulsó y fortaleció el trabajo con organizaciones como con la European Social Network (ESN), el Pacto Mundial de Naciones Unidas, la Plataforma DESC, la Alianza contra la Pobreza, Unión Profesional y la Red Iberoamericana de Trabajo Social.
Firme defensora de que las personas deben estar en el centro de las políticas, Lima denunció la llamada Reforma Local al considerarla una forma encubierta de recortar los servicios sociales municipales. También ha tomado como propia la petición para que la Constitución reconozca como Fundamentales los Servicios Sociales. Convencida de la importancia de la mirada multidisciplinar, ha trabajado con otras profesiones por visibilizar la parte social de diferentes ámbitos de intervención como la Salud, la Educación, la Vivienda, la Justicia, Penitenciarías, Violencia de Género, Adicciones, Emergencias, Emprendimiento e Innovación y Mediación, etc.
A nivel profesional, bajo su mandato, el Consejo consiguió la equiparación de la carrera de Trabajo Social con el Marco Europeo, reconvirtiéndola en estudios de Grado Superior. Esto llevó a la profesión al más alto nivel educativo, pudiendo llegar al Doctorado, contribuyendo a generar más investigación sobre los ámbitos propios de la intervención del trabajo social y con ello generar más conocimiento para abordar las necesidades sociales.