/p>>Un artículo de Carlos Martín Lorenzo,
Director Médico Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias Palencia

Una de las principales preocupaciones que tienen los profesionales que atienden a diario a personas mayores, en muchas ocasiones con una o varias enfermedades crónicas y distintos grados de dependencia, es la continuidad asistencial.
Las personas que padecen algún síndrome geriátrico, generalmente en situación de fragilidad o dependencia, deben recibir la asistencia y cuidados que precisan de manera continuada y adaptada a las circunstancias cambiantes de su proceso. Esto se traduce en conseguir que la persona mayor pueda ser atendida en cada momento evolutivo de su enfermedad en el nivel asistencial idóneo y por los profesionales adecuados.

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Las personas que padecen algún síndrome geriátrico deben recibir la asistencia y cuidados que precisan de manera continuada y adaptada

 
Las personas mayores con enfermedad crónica suelen ser atendidos, la mayor parte del tiempo, en niveles asistenciales menos tecnificados: la atención primaria de salud y las unidades de atención domiciliaria, (mientras permanecen en su entorno), los centros residenciales y las unidades específicas ubicadas en centros sociosanitarios (psicogeriatría, convalecencia y cuidados paliativos.
En atención especializada, es habitual la frecuentación de las personas mayores en los servicios de urgencias con ingresos en distintos servicios hospitalarios, siendo escasos los servicios de Geriatría. Casi todos los hospitales cuentan con unidades de valoración y cuidados geriátricos, formadas por un equipo que realiza consulta ambulatoria e interconsulta con seguimiento de pacientes mayores de 75 años, incluyendo la valoración geriátrica en pacientes complejos, con el fin de facilitar al alta hospitalaria su acceso al mejor nivel o recurso si fuese preciso.
El desarrollo de unidades de continuidad asistencial para el paciente geriátrico con el fin de realizar una asistencia continuada constituye un paso adelante en la implementación de recursos en el ámbito sociosanitario. Se busca la coordinación del sistema entre atención primaria y especializada, agilizando y optimizando el acceso a los distintos recursos según las necesidades sanitarias y sociales detectadas.
Para garantizar la continuidad asistencial es necesario disponer de estructuras de coordinación que permitan a la persona mayor que padece de uno o más síndromes geriátricos pueda acceder de forma ágil al recurso asistencial (sanitario, social o sociosanitario) que necesite en función de su momento evolutivo. Es necesaria la colaboración y el intercambio de información entre los profesionales de los distintos recursos, para actuar con criterios comunes y con una visión transversal, que favorezca la toma de decisiones en la asistencia de la persona mayor.