Un 11% de la población, sufren Síndrome del Ojo Seco (SOS), un trastorno ocular que causa malestar, problemas visuales e inestabilidad de la película lagrimal con daño potencial en la superficie ocular, tal y como se puso de manifiesto en el  25º Congreso Internacional de Optometría, Contactología y Óptica Oftálmica, OPTOM 2018.

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En la imagen, Mª Jesús González García, José Manuel Benítez Castillo, Shehzad Naroo y Antonio J. Mateo Orobia


La patología del Ojo Seco, que afecta a cinco millones de personas en España, es probablemente una de las más controvertidas  en la comunidad óptico-optométrica, sobre todo por su prevalencia en la práctica clínica diaria que varía entre un 5 %y un 50%, dependiendo de los criterios utilizados para su diagnóstico.

Los pacientes con SOS, prevalencia es mayor en mujeres en parte debido al factor hormonal y está considerada la enfermedad ocular más frecuente en edades avanzadas, padecen irritación, sensibilidad a la luz, sequedad, dolor, sensación de arenilla, fatiga ocular, problemas para leer y/o sensación de quemazón. Esta sintomatología dificulta la realización de actividades cotidianas y puede provocar una disminución de la productividad laboral así como causar estrés.

De hecho, son muchos los estudios que señalan que estos síntomas repercuten de manera importante en la función visual, el estilo de vida, el funcionamiento social y físico, la productividad laboral y la calidad de vida relacionada con la salud.
Entre las causas que provocan el Síndrome de Ojo Seco se encuentra la cirugía ocular, así como la diabetes, las enfermedades tiroideas, el síndrome de Sjögren, la dermatitis seborreica, la atopía y las colagenopatías, y muchos fármacos orales: retinoides, antihipertensivos, antidepresivos, estrógenos, diuréticos, benzodiacepinas, etc.

En el caso del Ojo Seco Evaporativo, hay causas intrínsecas y extrínsecas; las intrínsecas son estructurales, tales como anomalías de los párpados o de tipo funcional, como por ejemplo un mal funcionamiento de la glándula de Meibomio. Las causas extrínsecas incluyen irregularidades de la superficie ocular, alergias o el uso de lentes de contacto o también el tabaco que provoca un deterioro de la película lipídica de la película lagrimal precorneal, lo cual provoca síntomas de ojo seco, tales como sensación de arena o de ardor.

El índice de evaporación también aumenta con una apertura palpebral mayor (como sucede al mirar hacia arriba), un intervalo de parpadeo mayor, un aumento en el flujo de aire, una mayor temperatura o una reducción de la humedad ambiental.

Durante OPTOM 2018, organizado por el Consejo General de Colegios de Ópticos Optometristas, esta patología fue abordada por cuatro grandes expertos nacionales e internacionales: Mª Jesús González García, profesora de pregrado de Óptica y Optometría de la Universidad de Valladolid; José Manuel Benítez Castillo, catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense de Madrid; Shehzad Naroo, profesor de la Universidad de Aston donde imparte la especialidad de polo anterior; y Antonio J. Mateo Orobia, médico especialista de la Unidad de Córnea y Superficie Ocular del Hospital Universitario Miguel Servet.
Desde el Consejo General de Colegios de Ópticos Optometristas recomienda seguir estas pautas para combatir el Síndrome de Ojo Seco:

  • Higiene ocular, tanto de la zona del ojo como de las manos.
  • Es recomendable el uso de lentes desechables.
  • Uso de lubricantes oculares, como lágrimas artificiales.
  • No frotarse el ojo ante la sensación de arenilla.
  • Evitar la exposición directa a las corrientes de aire como el aire acondicionado.
  • Parpadear de forma frecuente para mantener el ojo humedecido