/p>La utilización inadecuada de psicofármacos se relaciona con una serie de resultados adversos para la persona afectada de demencia, entre los que cabe destacar un aumento de la mortalidad por eventos cardiovasculares, aumento de caídas, deterioro cognitivo, inmovilidad, síndrome confusional y deterioro general de la calidad de vida.
Así se puso de manifiesto en la Jornada Técnica sobre “Sujeción química en centros residenciales” celebrada en el Centro Hospitalario Benito Menni (Hermanas Hospitalarias) de Elizondo (Navarra) y organizada conjuntamente con AFAN (Asociación de Familiares de Alzheimer de Navarra), CEAFA (Confederación Española de Azheimer), Fundación Maria Wolff y con la colaboración de ANADP (Agencia Navarra para la Autonomía y Desarrollo de las Personas).
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Los expertos reunidos en esta jornada advirtieron de los riesgos de la utilización inadecuada de psicofármacos en persona con demencia

Los expertos reunidos en este foro hicieron especial hincapié en el alto grado de evidencia sobre los riesgos que el uso inadecuado de estos fármacos conlleva, en especial en el caso de las benzodiacepinas de vida media larga y, sobre todo, de los antipsicóticos.
El doctor Manuel Martín Carrasco, del Centro Hospitalario Benito Menni, aclaró que el concepto de sujeción química que se refiere a la utilización de fármacos para limitar la libertad de las personas sin que exista una indicación médica para ello, y puso algunos ejemplos de cómo, en ocasiones, existe en los centros una conveniencia organizativa que prima sobre las necesidades de las personas atendidas y “en el campo de las demencias, puede ser preferible para la institución que una persona afectada permanezca sentada largas horas, no grite al pedir atención, no deambule o que pase en la cama por la noche muchas horas, aunque sus necesidades de sueño no sean tan elevadas”.
Este experto añadió que “el 90% de las personas con demencia pueden presentar en algún momento de su evolución uno o varios de los denominados síntomas psicológicos y conductuales de la demencia, y su tratamiento puede requerir el empleo de psicofármacos, las sustancias más empleadas habitualmente para la denominada sujeción química”.
Por su parte, Idoia Lorea de AFAN, resaltó en su intervención la importancia del papel que juegan las familias de las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, dado que en la medida que la persona afectada va perdiendo su capacidad de decidir por sí misma, es la familia la que participa en el proceso de toma compartida de decisiones en el que se basa una prescripción de calidad.
En este sentido, manifestó que “el papel de la familia no solo no disminuye con la admisión en un centro residencial, sino que se acrecienta, y los nuevos modelos asistenciales le otorgan un papel de colaborador fundamental en la asistencia. Sería muy interesante que existiera un protocolo ante el ingreso en una residencia, tanto para la persona con la enfermedad como para los familiares y profesionales».
En su opinión, «es muy buena noticia que se vayan implantando estos Criterios CHROME para reducir las sujeciones químicas, pero es necesario que existe una formación de todos los agentes implicados en la atención al enfermo, porque esa formación va a hacer que cambie la actitud y este cambio de paradigma necesita de tiempo para interiorizarlo, y es fundamental la comunicación entre todos los agentes para que sea posible dar este cambio”.
Precisamente, sobre los Criterios CHROME, Javier Olazarán, de la Fundación Maria Wolff incidió que “en este contexto, y dado el creciente número de personas afectadas por demencia en nuestro país, resulta tremendamente importante realizar una prescripción adecuada de estas sustancias, y con esta finalidad se desarrollaron los criterios CHROME (Chemical Restraints Avoidance Methodology), elaborados por un panel de expertos coordinado por la Fundación Maria Wolff con el objetivo de reducir las sujeciones químicas en las personas con demencia que viven en residencias y de promover una prescripción de psicofármacos de calidad, dentro de un marco legal y ético”.
Por su parte Mª Carmen Maeztu, subdirectora de Valoración y Servicios de ANADP, recalcó la necesidad de «aunar esfuerzos y recursos profesionales y asistenciales para desarrollar la autonomía de las personas que están en proceso de declive. Hay que dejar hacer a la persona lo que pueda hacer por sus propios medios, pero estar siempre ahí para ayudar sin menoscabar la dignidad de la persona«.
Respecto a la práctica y uso inadecuado de fármacos advirtió que «conlleva un alto riesgo y está en contradicción con el nuevo modelo de atención centrada en la persona que queremos impulsar y que prima el mantenimiento de la dignidad, autonomía personal y la calidad de vida de las personas con demencia en la fase residencial de atención. Desde la administración estamos dispuestos a poner todos los recursos necesarios, y tenemos que tener un papel fundamental en la conciencia para conseguir este cambio”.
Aurora Lozano, presidenta de AFAN, clausuró la jornada agradeciendo «la oportunidad de participar en un tema de tanta trascendencia ya que un momento clave, por difícil, en la vida del familiar cuidador, es tomar la decisión de ingresar al enfermo en una institución. Constatar la preocupación por el respeto a la dignidad y autonomía de la persona afectada, supone un gran alivio”.

Criterios Chrome para reducir las sujeciones químicas

 
La adopción de los criterios Chrome es posible gracias a un programa de trabajo específico desarrollado por la Fundación Maria Wolff, y puede acreditarse mediante un proceso puesto en marcha por CEAFA.
Este proceso tiene varias fases. En la fase inicial se realiza un intercambio de información y una formación del centro en los criterios CHROME. Simultáneamente se implanta un programa de consultoría para facilitar la organización de los procesos de todos los departamentos implicados.
La fase final (verificación) consiste en una valoración in situ, en la que se examina el cumplimiento de los requisitos legales y de farmacia, la prescripción de psicofármacos del centro y la aplicación de los criterios, y se valoran de forma más exhaustiva aquellos casos en los que la prescripción resulte más compleja (por ejemplo, en casos de polifarmacia) y otros elegidos al azar.
Todo el proceso evaluativo se lleva a cabo en compañía de los facultativos que realizan la prescripción en el centro, dada la orientación formativa y de ayuda de todo el proceso. Esta fase de verificación se cierra mediante la realización del informe pertinente, que incluye las indicaciones de mejora que se estimen oportunas y la concesión o no de la acreditación de CEAFA de centro libre de sujeciones químicas (CLSQ).