Un artículo de Fco. Javier Montero Parra, Caridad Gómez Romera,
José Antonio Gutiérrez Fernández, Ana Cristina Gómez Romera
y Sergio Salmerón Ríos, de ILUNION Sociosanitario

Nuestro objetivo es describir y diferenciar lo que hoy en día se considera un envejecimiento normal o sano del envejecimiento patológico. Se confunde con frecuencia la senescencia o envejecimiento mental normal con la senilidad, que es un envejecimiento patológico, es decir, que excede a la involución propia de la edad y que por diversas razones conlleva al deterioro intelectual y a la demencia.
A veces, la pérdida de memoria se atribuye a la edad, lo cual es esperable, pero no es una razón fundamental para hablar de un claro y posible deterioro cognitivo. Si es verdad que a mayor edad, mayor es el riesgo de sufrir una patología neurodegenerativa. Se estima que el deterioro cognitivo y la demencia existiría entre un 5-10% de las personas mayores de 65 años. Esta cifra es elevada pero indica al mismo tiempo, que más del 90% de los hombres y mujeres de edad avanzada conservan su lucidez mental.

geriatricarea envejecimiento
Los cambios psicológicos propios del envejecimiento se manifiestan en déficits de memoria, alteraciones en el proceso de conceptualización, pérdida de la flexibilidad, enlentecimiento general de las actividades, etc.

Lo que si es indiscutible es que con el transcurso de los años, el organismo experimenta una involución progresiva de su vitalidad, afectando también, al cerebro, con un mayor o menor grado de daño neuronal, estimándose que a los 90 años habría una destrucción del 30% de las células nerviosas.
El envejecimiento no es una fase de la vida que se caracterice por un declive, sino, que hoy en día se plantea que en la vejez no solo se debe hablar de envejecimiento patológico frente a no patológico, por lo tanto debemos diferenciar:
1. Envejecimiento normal: personas sin patologías aunque con riesgo de sufrirlas.
2. Envejecimiento óptimo: personas con un alto nivel de funcionamiento y bajo riesgo de sufrir alguna patología, lo que implicaría:

  • Baja probabilidad de enfermedad y discapacidad
  • Alto nivel de capacidad cognitivo y funcional
  • Implicación activa con la vida diaria.

En la actualidad, se tiende a definir a las demencias como una pérdida de las capacidades intelectuales que interfieren en el funcionamiento social y laboral del individuo. Para diagnosticar una demencia no basta con una pérdida de las funciones cognitivas en general, sino que se requiere un compromiso global de la personalidad, que se traduce en la pérdida de los hábitos y control de los impulsos instintivos con quiebra importante de la autocrítica y desapareciendo la conciencia de enfermedad.
Para explicar la variabilidad y heterogeneidad del envejecimiento, se debe tener en cuenta múltiples factores como son historia vital, personal, cultural, educacional, laboral, social, económica, etc. Es decir, que a partir de las distintas situaciones vitales se observan diferencias interindividuales relacionadas con el nivel de funcionamiento físico, cognitivo y social.
Se valoran como índices de predicción del envejecimiento exitoso, el no tener enfermedades crónicas, tener un mayor nivel de actividad, disfrutar de buen estado anímico, ausencia de deterioro cognitivo, así como un mayor nivel de implicación en actividades física, sociales e intelectuales. De ahí la gran importancia de la participación con elevada frecuencia en talleres individuales o grupales con programas de intervención cognitiva, los cuales son muy eficaces para mantener y estimular el funcionamiento intelectual, memoria, atención, concentración, etc.
 

Factores de riesgo psíquico de envejecimiento patologico

Podríamos sintetizarlos del siguiente modo:

⁃ Eventos que se viven como traumáticos con el proceso de envejecimiento
⁃ Sentimiento de vacío, iniciando modos patológicos de apego a los objetos como intento de llenar dicho vacío
⁃ Historias de duelo no elaboradas
⁃ Carencia de red de apoyo familiar o social
⁃ Empobrecimiento imaginario, simbólico y emocional
⁃ Somatizaciones y alteraciones del comportamiento

Estas condiciones de vulnerabilidad emocional se van poniendo de manifiesto en las conductas de los sujetos desde edades jóvenes llegando al destino final, que es el riesgo psíquico de envejecimiento patológico y que detectaremos en múltiples síntomas, como pueden ser: flexibilidad, disposición o cambios, ser reflexivo, aceptar disminución del rendimiento, limitaciones, enlentecimientos, mantenerse autoválido, vivir hasta y no hacia la muerte, replantearse una identidad unívoca (“yo soy así”), asentar la autoestima en el presente no en el pasado, seguir conectado con el entorno, etc.
Hay dos temas muy de actualidad sobre el envejecimiento psíquico, uno determinado por factores culturales, el otro por factores biológicos, y los dos atravesados por las condiciones de vulnerabilidad señalas anteriormente.

  • En primer lugar, los ideales culturales de eterna juventud y de exaltación del consumo producen gran cantidad de efectos a nivel de la subjetividad, en su mayor parte depresiones de todo tipo.
  • En segundo lugar, la principal amenaza que supone el paso de los años y que constituye hoy en día uno de los temas más acuciantes de investigación: el deterioro cognitivo y el Alzheimer.

Nuestro desafío, hoy en la psicogerontología, es la aplicación de éstas condiciones de vulnerabilidad emocional al desencadenamiento de las demencias. Cada vez es más evidente que una vida de pobreza psíquica, afectiva y de vínculos presagia en mayor medida un envejecimiento patológico. En síntesis, una vida de riqueza representacional y abierta a la complejidad, a la incertidumbre, a las fluctuaciones, al desorden y a pensamientos no lineales, capaz de realizar un trabajo psíquico de anticipaciones y resignificaciones. Serán las condiciones psíquicas que se podrán ir construyendo en el curso de la vida como antídotos que harán soportables las adversidades a fin de no quebrarse. Se trata que en el devenir del ser humano construir un espacio entre lo interno y lo externo, entre pasado, presente y futuro.
Bibliografía
1. Zarebski G. Envejecimiento, memoria colectiva y construcción de futuro. 1º ed. Montevideo: Psicolibros Universitario; 2017.
2. 2. Patti Gelabert V. Envejecimiento Normal versus Envejecimiento Patológico – Psicología – Neuropsicología [Internet]. Neuropsicologia.saludyeducacionintegral.com. 2017 [accedido 2 Octubre 2018]. Disponible en: https://neuropsicologia.saludyeducacionintegral.com/envejecimiento-normal-versus-envejecimiento-patologico/
 

Envejecimiento patológico, fisiología y psicología, perfil psicológico del mayor

En el envejecimiento se producen cambios biológicos, tanto en el citoplasma como en el núcleo celular. La alteración de los componentes de la membrana plasmática y nuclear da lugar a alteraciones en la fluidez. Se aumenta la viscosidad de las membranas, se alteran sus funciones y los movimientos de las proteínas; así que se modifica en definitiva el intercambio de información que tiene lugar entre ellas.
Las consecuencias fundamentales de estas modificaciones son: variaciones en la excitabilidad celular, alteraciones del transporte de moléculas y disminución de la afinidad de receptores para determinadas moléculas específicas. En el citoplasma los cambios dan lugar a: disminución del número, tamaño y funcionalidad de las mitocondrias en las células del organismo con la consecuente alteración de la cadena respiratoria. En el núcleo celular se producen transformaciones en los procesos de hidratación y alteración de la información genética. Los cambios biológicos se resumen en la Tabla 1.
 

Tabla 1
Envejecimiento: Cambios biológicos

Aparato cardiovascular
Disminución ritmo cardíaco y contractilidad. Mayor prevalencia de hipotensión ortostática
Disminución elasticidad de las válvulas cardíacas

Aparato respiratorio
Reducción de la eficiencia respiratoria. Aumento de los volúmenes de cierre
Mayor frecuencia de atelectasias e infecciones

Sistema endocrinológico
Intolerancia a la glucosa e hiperinsulinemia. Disminución del tejido activo de tiroides y paratiroides
Reducción de estrógenos y hormona del crecimiento
Aumento de gonadotropinas y de cortisol

Líquidos y electrolitos
Homeostasis y adaptación menos eficiente. Tendencia a la hiponatremia y a la hiperpotasemia
Tendencia a la deshidratación e intoxicación acuosa
Mayor riesgo de SIADH

Sistema inmune
Aumento de la producción de anticuerpos. Disminución de las células T

Aparato digestivo
Tendencia a la constipación y malabsorción
Disminución de la secreción de saliva y jugo gástrico

Aparato génito-urinario
Disminución del flujo sanguíneo renal, filtración glomerular y aclaración de
creatinina

Órganos sensoriales
Disminución de la agudeza visual y audición
Menor capacidad de acomodación. Disminución de la percepción vibratoria y táctil

Piel
Palidez y sequedad, menor elasticidad

Aparato locomotor
Rigidez
Enlentecimiento de los movimientos

Ritmos circadianos
Disminuye el sueño REM y aumenta el período de vigilia. Ritmos reducidos en amplitud

 
Los cambios psicológicos se manifiestan predominantemente en déficits de memoria, alteraciones en el proceso de conceptualización, pérdida de la flexibilidad y un enlentecimiento general de las actividades, a las que se añaden déficits perceptivos y de las habilidades psicomotoras. La forma en que abordemos los cambios cognitivos asociados a la edad y las soluciones que la sociedad proponga, condiciona nuestras actitudes hacia el envejecimiento y las personas ancianas. Algunos autores sugieren que algunas habilidades se pueden adquirir por primera vez y mejorarse a una edad avanzada.

  • Personalidad
    Según algunos autores se acentúan los rasgos previos (caricaturización del carácter) y la inseguridad puede llevar a la dependencia. Los ancianos con rasgos paranoides se aíslan más, los de rasgos esquizoides toleran mejor la pérdida y la soledad, los de rasgos obsesivos pueden tener un mejor ajuste a la vejez. La personalidad en esta época de la vida está relacionada con los acontecimientos vitales estresantes sufridos durante el ciclo vital, sobre todo las pérdidas.
  • Cognición
    Enlentecimiento en las funciones cognitivas, declina el razonamiento abstracto. El cociente intelectual permanece estable hasta los 80 años en el anciano sano, la habilidad verbal se mantiene, la velocidad psicomotora disminuye.
  • Memoria y atención
    Se deteriora la inmediata y reciente y se conserva mejor la remota. Se ha considerado que el recordar mejor los acontecimientos pasados sirve a los ancianos para evitar las circunstancias dolorosas del presente y refugiarse en un pasado más agradable. La atención está dificultada por la edad, sobre todo si hay varios estímulos simultáneos.
  • Adaptación a los cambios
    Los intercambios sociales se vuelven más costosos durante la vejez y son menos gratificantes, algunos autores proponen la inversión del foco de atención, desde el mundo exterior al interior; otros el fomento de la actividad para alcanzar la satisfacción vital y la salud.

La vida emocional del anciano depende de los cambios en el estatus social, la disminución de las facultades físicas y psíquicas, la pérdida de seres queridos, etc. con lo que se puede producir en ocasiones una negación de la realidad y una idealización del objeto perdido
Bibliografía
1.HALL, J. O. N. H. E. (2016a). TRATADO DE FISIOLOGÍA FÍSICA. Recuperado de http://cardiacos.net/Documents/Biblioteca%20Medica/02%20-%20Cardiologia/Libros%20y%20Otros%20Espanol/Guyton%20y%20Hall%20Tratado%20de%20Fisiolog%C3%ADa%20m%C3%A9dica%20-%20John%20E.%20Hall%20-%2013%C2%B0%20ed.%202016.pdf
2.Trastornos de las Habilidades Motoras. (2014). Recuperado de https://isepclinic.es/wiki/trastorno-de-las-habilidades-motoras/
3.ENVEJECIMIENTO Y SALUD. (2018, 5 febrero). Recuperado 22 octubre, 2018, de http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/envejecimiento-y-salud
 
Dr. Fco. Javier Montero Parra
Licenciado en Medicina y Cirugía y especialista en Medicina del Trabajo
Médico de Ilunion Sociosanitario (Residencia “El Robledillo”)
Responsable médico del servicio de prevención de riesgos laborales- SEPREVILLA
Vicepresidente del Comité de Ética de ILUNION Sociosanitario
Caridad Gómez Romera
Diplomada en Enfermería
Directora de Residencia Ilunion “El Robledillo” Villarrobledo (Albacete)
Especialista en Enfermería Geriátrica
José Antonio Gutiérrez Fernández
Diplomado en Enfermería
Coordinador de Enfermería en Residencia Ilunion “El Robledillo” Villarrobledo (Albacete)
Ana Cristina Gómez Romera
Diplomada en Enfermería
Enfermera en Residencia Ilunion “El Robledillo” Villarrobledo (Albacete)
Enfermera en Hospital General de Villarrobledo
Experta en Enfermería Geriátrica
Dr. Sergio Salmerón Ríos
Geriatra del Hospital General de Villarrobledo
Vicepresidente de la Sociedad Castellano-Manchega de Geriatría y Gerontología