Les ofrecemos una nueva publicación de los estudios sobre disfagia realizados por reputados especialistas y publicados por Nestlé Nutrition Institute en Workshop Series| Vol. 72 bajo el título de “Los peldaños para vivir bien con disfagia”.

Estudio videofluoroscópico de la deglución: técnicas, signos e informes

Autora: Margareta Bülow

Para el tratamiento de la disfunción orofaríngea para la deglución, pueden requerirse tanto una exploración clínica como una de tipo instrumental. De esta forma, una buena alternativa podría ser un estudio videofluoroscópico de deglución.
El estudio videorradiológico de deglución (EVD) es un instrumento muy útil para el clínico especializado en deglución, y este tipo de valoración siempre debe llevarse a cabo en colaboración con un patólogo del lenguaje (PL) y un radiólogo. Para poder practicar el EVD y lograr una implementación y una interpretación de resultados apropiados y confiables, tanto el PL como el radiólogo requieren un entrenamiento especializado.
La atención durante el examen se enfoca en las fases oral y faríngea de la secuencia de deglución. Sin embargo, debe seguirse por lo menos una deglución por todo el esófago, con el objetivo de documentar su libre tránsito (Figura 1).

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Figura 1. Fotografía de una proyección lateral que muestra una disfunción intensa para la deglución, con residuo faríngeo y también penetración a la tráquea

Para realizar un EVD se requiere un laboratorio con equipo radiológico para fluoroscopia. En la actualidad, en la mayor parte de las instalaciones son comunes los equipos para radiografía digital, y se recurre a diferentes dispositivos digitales videofluoroscópicos de alta resolución para el almacenamiento de los datos.
Posterior a esto, la exploración puede transmitirse por medios digitales a un sistema electrónico para archivo de imágenes y de comunicación. Este tipo de técnica permite la transmisión rápida de los resultados, y su disponibilidad resulta excelente.
El estudio pudo realizarse con dosis mínimas de radiación: en un estudio llevado a cabo en el Reino Unido, los autores encontraron que para un estudio videofluoroscópico promedio las dosis de radiación eran de 0.2 mSv dosis/área. A partir de nuestra experiencia clínica, encontramos que el tiempo de exposición a la radiación es en promedio de 2 a 3 minutos por caso.
El EVD puede realizarse tanto en proyección lateral como frontal. Mientras el paciente permanece sentado en posición lateral, es posible visualizar vértebras, cavidad oral, piezas dentales, faringe, nasofaringe, tráquea, esófago y hueso hioides. En la proyección frontal de la cavidad oral, puede apreciarse el cierre de las cuerdas vocales y también cualquier asimetría, así como la existencia de parálisis unilateral o bilateral.
Al paciente se le administran diferentes texturas, tanto sólidas como líquidas, para identificar los alimentos y los líquidos que promueven un consumo oral seguro y eficiente. De igual manera, pueden probarse distintas estrategias terapéuticas durante la exploración con EVD.
Cualquier cambio fisiopatológico puede analizarse a detalle en relación con el flujo de las texturas administradas. Pueden documentarse las anomalías temporales y de coordinación del movimiento estructural, así como la presencia, el grado, la distribución temporal y la causa de la aspiración. En los pacientes con disfunción grave de la deglución puede requerirse alimentación por sonda (Cuadro 1).
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Es importante el hecho de que los cuidadores, las enfermeras (lo que depende de la condición médica del paciente), y/o los miembros de la familia tengan oportunidad de observar el estudio. Este tipo de información permite instruir a los cuidadores en torno a la naturaleza del problema de deglución por parte del paciente.
Con el objetivo de analizar y documentar los resultados del estudio, se recurre a distintos tipos de protocolos. Es posible llevar a cabo mediciones cuantitativas como cualitativas. La escala de penetración-aspiración de Rosenbek es un instrumento para medición bien conocido y de uso frecuente. Distintas clínicas de deglución han desarrollado sus propios protocolos. En nuestro departamento, contamos con protocolos tanto para análisis cuantitativos como cualitativos.
Una vez terminado el estudio, el PL y el radiólogo analizan en conjunto todos los resultados y toman decisiones relativas al plan de tratamiento apropiado, lo que incluye las alternativas para facilitar un consumo oral seguro y eficiente, que puede implicar la modificación de las texturas y otras estrategias terapéuticas. Se redacta entonces un informe en el cual se explica la fisiopatología real y se integran recomendaciones. En ocasiones se exhorta a realizar otros estudios.
El EVD siempre debe realizarse con la colaboración de un PL y un radiólogo. Durante el estudio, la atención debe concentrarse en las fases oral y faríngea de la deglución. Es posible probar texturas distintas y también estrategias terapéuticas diferentes durante el procedimiento. Puesto que cualquier disfunción de la deglución muestra características peculiares en cada caso, las recomendaciones deben basarse en la fisiopatología específica que se identifica en el paciente.