/p>La Clínica Creu Blanca ha puesto en marcha un servicio de Chequeo para el Estudio de Pérdida de Memoria que permite diagnosticar enfermedades degenerativas, como el Alzheimer o la arterioesclerosis, en fases iniciales y se dirige a personas de todas las edades que presenten falta de atención, pérdida de memoria, aunque sea de forma puntual, pérdida de agilidad mental, olvidos, despistes o trastornos mentales.
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Dra. Enriqueta Alomar, Directora Médica de Creu Blanca

Descartar, y en caso de diagnosticarse tratar, patologías que pueden dar lugar a la pérdida de memoria, desde procesos como la falta de atención, depresión, ansiedad, estrés, déficit vitamínico o enfermedades endocrinas, hasta enfermedades más serias como tumores cerebrales, arteriosclerosis o Alzheimer. Este es el objetivo con el que pone en marcha la Clínica Creu Blanca el nuevo servicio de Chequeo para Estudio de Pérdida de Memoria.
Según explica la Dra. Enriqueta Alomar, Directora Médica de Creu Blanca, “a ciertas edades empezamos a encontrar normal que perdamos la memoria. Tenemos dificultad para encontrar la palabra adecuada, no damos con los nombres de nuestros allegados, u olvidamos objetos o detalles concretos, pero ¿se pueden considerar estos pequeños olvidos como un proceso asociado a la edad, o se trata de un deterioro cognitivo leve que puede ser el inicio de una enfermedad neurodegenerativas”.
En el caso del Alzheimer, por ejemplo, los primeros síntomas ocurren en relación con la capacidad para memorizar cosas nuevas. Esta función cognitiva, que se denomina episódica, hace que la persona sea incapaz de recordar hechos recientes y tampoco le ayuda si se contextualiza. Esto ocurre en las primeras fases de la enfermedad, donde es primordial diagnosticarla para frenar su avance, advierten desde la Clínica Creu Blanca.
Posteriormente, se suman otros síntomas como desorientación, incapacidad para denominar objetos comunes, alucinaciones, agitación, y en fases muy avanzadas quedan afectadas las funciones motoras y las propias de regulación de los órganos internos.
La arterioesclerosis, por su parte, es una enfermedad silenciosa al inicio. No presenta síntomas en las primeras fases, de ahí que un diagnóstico precoz sea muy positivo”, destaca la la Dra. Alomar. Como en esta enfermedad los síntomas dependen de las arterias que estén afectadas, existen distintos grados de deterioro físico en función del avance de la patología. Por ejemplo, una obstrucción aguda se manifestará en forma de ictus, mientras que un estrechamiento paulatino de las arterias del cerebro genera déficits menos sensibles como el deterioro del estado cognitivo.