Así, al menos, lo determina la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. No obstante, se trata de una enfermedad difícil de diagnosticar en este colectivo ya que sus síntomas pueden confundirse con el propio envejecimiento y, por ello, existe un mayor riesgo de que no se aplique un tratamiento específico.
“Síntomas tan comunes como la fatiga, la falta de apetito o los problemas para dormir también pueden ser parte del proceso de envejecimiento o de un padecimiento físico. Por lo tanto, la depresión temprana puede ser ignorada o confundida con otras afecciones que son comunes en los adultos mayores”, explica el doctor David Curto, jefe de gestión asistencial de Sanitas Mayores.
Las causas de depresión en personas mayores pueden ser endógenas o externas. Entre las primeras, se encuentran enfermedades como la diabetes, el dolor crónico, la hipertensión, las cardiopatías, el Parkinson y el ictus, o demencias como el Alzheimer. En concreto, “el deterioro cognitivo, que suele ser frecuente en las personas mayores, influye de manera determinante en el proceso diagnóstico al entorpecer la obtención de información”, añade Curto.
Por otro lado, las causas externas se relacionan con trastornos de adaptación a circunstancias tan habituales como la jubilación, el duelo por la muerte de seres queridos, la dependencia funcional y las institucionalizaciones o cambios de residencia.
Cómo prevenir la depresión en los mayores
El cuidador tiene un papel fundamental en la prevención de la depresión. “Los familiares o profesionales de los centros de día o residencias que se encargan del cuidado diario de los mayores tienen una labor importante a la hora de detectar los primeros síntomas o explicar al médico los problemas que el enfermo no expresa”, comenta el doctor de Sanitas Mayores.
Otras labores de prevención que puede realizar el cuidador son controlar la alimentación, ayudar al mayor en la adaptación a los cambios, respetar las preferencias individuales de la persona, animarle con las relaciones sociales, alentarle para realizar ejercicio o fomentar que mantenga el contacto con sus familiares en caso de que se encuentre ingresado en una residencia.
Pautas para el tratamiento de la depresión
“La depresión siempre debe tratarse con un enfoque integral, es decir, en todas las esferas de la vida de la persona, tanto en la psíquica como en la física y social”, explica el doctor Curto.
Según este experto, los primeros pasos necesarios para el inicio de un tratamiento de depresión son los siguientes:
〉 Tratar cualquier situación o enfermedad que pueda estar causando los síntomas.
〉 Suspender cualquier medicamento que pueda estar empeorando los síntomas. En muchas ocasiones, los adultos mayores pueden sufrir dos o más trastornos o enfermedades a la vez por lo que están polimedicados, y esa polimedicación puede provocar reacciones adversas que causen síntomas depresivos.
〉 Evitar el alcohol y los somníferos. La depresión neurológica que produce esta combinación puede ser malinterpretada como síntomas depresivos.
〉 En ocasiones, se puede usar la psicoterapia para ayudar a los mayores a sobrellevar la situación que le provoca el malestar.
〉 En otras situaciones, si estas medidas no sirven, se puede combinar los antidepresivos con la psicoterapia.
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Gracias por la información, muy util