/p>La mortalidad por melanoma en los jóvenes y menores de 65 años está disminuyendo por primera vez en España porque se están empezando a detectar signos de «fotoconciencia», con mejores hábitos de exposición al sol y consultas antes al dermatólogo, pero está aumentando en las personas mayores de 65 años.
Esto es debido a que la piel tiene memoria, y muchos factores externos le dejan huella. La exposición solar a lo largo de la vida «pesa», como también lo hacen las reticencias en los más mayores a ir al médico ante una lesión cutánea, algo que puede retrasar el diagnóstico y con ello un aumento de la mortalidad.
Estas son algunas de las conclusiones de los dermatólogos presentadas en la campaña Euromelanoma 2019, una iniciativa a nivel europeo que tiene como objetivo aportar información sobre la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento del cáncer de piel, que cuenta con la participación de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y su Fundación Piel Sana, y que este año hace especial hincapié en la población mayor de 65 años.
La Fundación Piel Sana de la AEDV lanza la Campaña Euromelanoma 2019 focalizando sus mensajes en la prevención y vigilancia de la piel

 
Cada año se diagnostican en España unos 5.000 casos de melanoma, el cáncer de piel con peor pronóstico, pero también el más prevenible y con buen pronóstico, cuando se detecta y se trata a tiempo, según el presidente de la Fundación Piel Sana, el Dr. Pedro Jaén.
En este sentido, el Dr. Eduardo Nagore, coordinador de Euromelanoma, afirma que si se detecta de forma precoz, se puede curar en más de un 80% de los casos. Por eso, según los especialistas, es muy importante «mirarse bien la piel de todo el cuerpo» y hacerlo al menos un minuto al mes.
La clave está en detectar «algo diferente» porque es susceptible de ser evaluado por un dermatólogo: lesiones cutáneas que sean nuevas y diferentes al resto (de ahí que las llamen el patito feo), que se parecen a un lunar pero que son asimétricas, de bordes irregulares, mayores de seis milímetros de diámetro o con el color irregular. Esos pueden ser algunos signos que nos deben llevar a consultar al dermatólogo.
Sin embargo, está el problema de la negación, es decir, muchas personas conocen el riesgo de una exposición excesiva al sol, pero lo obvian y, cuando se ven algo raro, se dicen, «seguro que no es nada«. «Se autoengañan o tienen miedo de toparse con la realidad«, advierten los expertos.
Este comportamiento queda plasmado en la encuesta realizada por esta Fundación a mil personas de entre 50 y 80 años y que concluye con que sólo un 20% de los ciudadanos de 50 o más años se busca lunares nuevos o cambios en su piel frecuentemente; un 17% no lo hace nunca; y un 60% a veces. Ese es el principal factor que explica por qué la mortalidad por melanoma sigue creciendo en este grupo.
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Entre la población de 65 o más años sigue detectándose un incremento de mortalidad por melanoma

 
Sobre los efectos del sol trata «La huella del pasado», la exposición fotográfica que se ha presentado con motivo de la campaña y que muestran los hábitos y costumbres de la población española frente al sol a lo largo de un siglo. Las imágenes hacen un repaso de cómo las modas, el boom turístico o la mejora económica han influido en los ciudadanos en su ocio y en su salud.
“Como podemos ver en las imágenes, el paisaje de nuestras playas y veraneantes ha cambiado mucho en los últimos 30-40 años. De playas llenas de turistas con pieles pálidas o rojas, niños sin protección alguna o ausencia total de sombras, ahora cada vez es más frecuente ver sombrillas, gorros o cremas protectoras. Se ha avanzado. Pero también nos seguimos encontrando con espaldas rojas, cabezas achicharradas o cuerpos al sol del mediodía. Se puede mejorar”, insiste el Dr. Agustín Buendía Eissman, coordinador general de la campaña.
Alagunas recomendaciones son: hay que protegerse del sol, usar ropa protectora, aplicarse alto protector solar y renovar la aplicación cada dos o cuatro horas en función del sudor y otras situaciones ambientales, y sobre todo tener mucho cuidado con los niños. Los bebés no deben exponerse al sol.
Los factores de riesgo para padecer cáncer de piel son tener la piel clara o propensa a las quemaduras solares, haberlas sufrido en la infancia, haber pasado mucho tiempo al sol por trabajo o placer, exponerse periódicamente al mismo, acudir a las cabinas de bronceado, tener más de 50 lunares o un historial familiar, tener más de 50 años o haberse sometido a un trasplante de órgano.
Estas personas tienen que interiorizar, según los dermatólogos, que la exposición solar saludable deber realizarse todo el año, que hay que buscar la sombra y que hay que mirarse porque, como afirma Marta Fuentes, superviviente de melanoma, éste «puede tener el tamaño de la punta de un lápiz y es capaz de matar«.
En el marco de la iniciativa Euromelanoma 2019, del 24 al 28 de junio se ofrecerán revisiones gratuitas de lunares, mediante cita previa en http://euromelanoma.aedv.es o a través del teléfono 915 434 535.