Un artículo de Icíar Muñagorri y de Isabel Tarazaga,
neuropsicólogas de la residencia de ORPEA Villanueva de la Cañada

La tecnología ha demostrado en numerosas ocasiones que puede convertirse en una aliada interesante para el bienestar de las personas mayores. Lo último es la realidad virtual. Esta tecnología se caracteriza por proporcionar ambientes tridimensionales en los que es posible interactuar con cualquier objeto en tiempo real y a través de múltiples canales sensoriales: visuales, auditivos, táctiles, olfativos, etc. En este sentido, la realidad virtual ofrece una se­rie de ventajas importantes en la intervención con las personas mayores.
Los software que se emplean permiten modelar cualquier entorno o situación, lo que favorece que emerjan emociones, sensaciones, pensamientos y reacciones en las personas, si­milares a las que experimenta­ría ante eventos reales semejantes. El usuario se percibe dentro de esa realidad y no ajeno a ella, lo que da pie para trabajar con vivencias que puedan ser significativas para el indi­viduo.
La realidad virtual ofrece un ambiente seguro donde explorar a un ritmo personalizado, dando la posibilidad a la persona mayor de experimentar el mundo de un modo alternativo. Además, es una tecnología flexible y, por tanto, adaptable a las necesi­dades de cada persona (situaciones, grado de dificultad, etc.). De este modo, el terapeuta podrá ofrecer contextos y situaciones que puede resultar de gran ayuda para el proceso terapéutico.

La realidad virtual ofrece un ambiente seguro para que la persona mayor experimente el mundo de un modo alternativo

 
En ORPEA, este tipo de intervenciones se están realizando en personas que no presentan deterioro cognitivo o con deterioro cognitivo leve y que pueden tener bajo estado de ánimo y/o sintomatología ansiosa.
Gracias a las gafas de realidad virtual, vinculadas a un software, se reproducen vídeos y se recrea un entorno seguro en el que las personas mayores pueden mejorar sus habilidades motrices y otras destrezas. Se trata de una nueva forma de mejorar capacidades como la atención, la autoestima y el estado anímico.
Para iniciar el procedimiento con  la persona mayor, previamente se debe haber estudiado la historia de su vida para poder partir de sus preferencias e intereses y realizar una actividad terapéutica eficaz. Además, el usuario siempre se encuentra supervisado por personal asistencial. El profesional le irá preguntando al paciente qué ve, cómo se siente y otras cuestiones para poder evaluar los resultados de cada sensación.

Beneficios de la realidad virtual en las personas mayores

A las personas mayores que han participado en intervenciones con realidad virtual, lo que más les llama la atención es poder experimentar la increíble sensación de percibir como real algo que no lo es. Además, aseguran sentirse más felices, satisfechos y de mejor humor. Pero son muchos más los beneficios que esta tecnología aporta. Entre ellos se encuentran los siguientes:

  • Optimiza la rehabilitación o mantenimiento de las capacidades físicas y cognitivas. Mejora la capacidad de atención, concentración, la memoria a corto plazo o el lenguaje.
  • Modifica la conducta agitada, nerviosa, agresiva o de ansiedad a un estado más tranquilo.
  • Ayuda al mayor a mejorar su autoestima y estado de ánimo.
  • Se trata de una actividad y atención individualizada y personalizada.
  • Apoya el tratamiento analgésico.
  • Se incide positivamente en el estado de salud y percepción de la calidad de vida.

La realidad virtual tiene ventajas frente a la estimulación convencional. Durante la proyección, la atención de los mayores está centrada y focalizada en el estímulo, en lo que ven y sienten, no hay elementos perturbadores que pueden distraerles. Así que cuando termina, recuerdan de manera clara qué han estado viendo y cómo se han sentido. Este recuerdo continúa pasados unos minutos, a diferencia de la estimulación convencional, en la que el recuerdo desaparece en cuanto desaparece el estímulo.