Los profesionales, las familias y las propias personas usuarias reconocen que las necesidades sexuales de los residentes se perciben como algo «tabú» de lo que se habla poco, a pesar de que en no pocas ocasiones es fuente de dificultades e incertidumbres en la atención cotidiana. Y es que la sexualidad en personas mayores es un tema que tiende a ser ignorado, especialmente cuando éstas viven y son atendidas en entornos residenciales.

geriatricarea-sexualidad-residencias
La sexualidad en personas mayores es un tema que tiende a ser ignorado, especialmente en entornos residenciales

Así se como pone de manifiesto en “Sexualidad en centros residenciales para personas mayores: actitud de los profesionales y políticas institucionales”, un novedoso estudio de ámbito nacional sobre sexualidad en residencias de personas mayores realizado por la Universitat de Barcelona, en el que han participado 153 centros de 13 comunidades autónomas y un total de  2.229 profesionales de atención directa.
 De los resultados presentados los autores del informe destacan las  siguientes conclusiones:

– Las situaciones que implican expresiones sexuales de los residentes no son inhabituales en los centros residenciales. Pese a ello, hay algunos comportamientos que son más frecuentes que otros: mientras los besos y caricias, así como la masturbación en hombres son relativamente comunes, otras, como las que tienen que ver con relaciones sexuales gays o lesbianas, lo son mucho menos.

– Los participantes diferencian entre prácticas comunes y buenas prácticas. Mientras en la práctica común las reacciones de tipo restrictivo son frecuentes, cuando se pregunta por buenas prácticas aparecen más respuestas que tiene que ver con el apoyo y la tolerancia. Esto implica que los profesionales saben lo que deberían hacer, pero no perciben que eso se lleve a cabo en sus centros de trabajo.

– La diferencia entre buena práctica y práctica común es especialmente acusada en situaciones que implican comportamiento sexuales inapropiados (exhibicionismo, tocamientos), en los que actuar poniéndose en el lugar del otro y sin caer en la simple restricción del comportamiento parece especialmente difícil.

– El caso de las personas con demencia, los profesionales tienden a ser más restrictivos cuando la relación sexual implica a una persona con demencia y a otra cognitivamente preservada, más que cuando implica a dos personas con demencia. Ello puede tener que ver con una tendencia a percibir abuso y falta de consentimiento cuando sólo una persona tiene demencia.

– Aunque algunas medidas para abordar la expresión sexual en residencias se llevan a cabo por una mayoría de centros (especialmente aquellas que tienen que ver con el reconocimiento de derechos, o la posibilidad de que las parejas compartan habitación), otras son todavía muy raramente implementadas. En este sentido, sería importante avanzar en aspectos como la formación e información de profesionales, residentes y familiares, así como en la disponibilidad de recursos y materiales para facilitar la expresión sexual de aquellos residentes que lo deseen.

– La filosofía del cuidado que orienta un centro es un elemento clave en  la práctica profesional y en la definición de la buena praxis. Para avanzar en una atención residencial donde se reconozcan derechos sexuales y se  respeten las expresiones individuales diversas, es necesario partir de modelos globales de Atención Centrada en la Persona. Modelos donde además de reconocer derechos, se pone en valor “lo diferente” y se proporcionan apoyos personalizados que buscan dar respuesta a las necesidades diversas de las personas desde una óptica que integre protección con autonomía y bienestar subjetivo.

geriatricarea-sexualidad-residencias
Este estudio pretende orientar la buena praxis profesional e institucional ante las necesidades, expresiones y derechos sexuales de las personas mayores que viven en residencias

Dirigido por el profesor Feliciano Villar, de la Facultad de Psicología de la Universitat de Barcelona, este trabajo de investigación pretende conocer la situación actual del sector en relación a este tema, para así, desde el conocimiento de la realidad y el rigor, poder orientar la buena praxis profesional e institucional ante las necesidades, expresiones y derechos sexuales de las personas mayores que viven en residencias.
El equipo investigador está formado por el Dr. Feliciano Villar, director del estudio y profesor titular de la Universitat de Barcelona; el Dr. Rodrigo Serrat,  la Dra. Monserrat Celdrán, el Dr. Josep Fabà (todos ellos investigadores de esta Universidad) y la Dra. Teresa Martínez, psicóloga gerontóloga experta en Atención Centrada en la Persona (Principado de Asturias).
Este estudio cuenta con el apoyo y reconocimiento de la  Associació Catalana de Recursos Assistencials (ACRA); la Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de España (CONJUPES); la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB); y la Unión Democrática de Pensionistas (UDP).
Además, la Fundación Pilares para la Autonomia Personal recientemente ha editado el libro “Sexualidad en entornos residenciales de personas mayores: Guía de actuación para profesionales”, publicación elaborada por el equipo investigador basándose en las principales conclusiones de este trabajo.
El informe completo “Sexualidad en centros residenciales para personas mayores: actitud de los profesionales y políticas institucionales” puede consultarse aquí.