Un artículo escrito en colaboración entre BJ Adaptaciones, Sandra Abad Galdeano, terapeuta ocupacional en la Fundación Elvira Otal y Ana Aznar Calvo, terapeuta ocupacional en el centro asistencial Santa Ana, grupo SARQuavitae.

Cada vez es más frecuente encontrar residencias y centros que disponen de salas multisensoriales para la atención de personas mayores. Y es lógico que sea así por su gran utilidad y aplicación a este colectivo que puede presentar dificultades progresivas en las áreas sensorial, motriz, cognitiva y  social.
Con la edad sobreviene el deterioro de ciertas capacidades, especialmente si no son puestas en práctica. Existen numerosas enfermedades neurodegenerativas más incidentes en la población mayor, y de entre ellas, las demencias suponen una preocupación principal por el impacto que provocan en el bienestar de la persona, su familia y el entorno que los rodea. La afectación que implican estas enfermedades limita la autonomía desde las etapas más iniciales y merma la participación en todo tipo de actividades.

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Las salas multisensoriales son un excelente recurso para mejorar el bienestar de las personas mayores

Esta falta de participación en actividades significativas conlleva progresivamente sentimientos de frustración e inseguridad, que acentúan aún más las alteraciones en su estado de ánimo (apatía, cambios de humor, agitación…) y que puede generaraislamiento, desconexión, y alteraciones conductuales.
Se ha evidenciado que la combinación de las terapias farmacológicas con las no farmacológicas es la mejor vía pararetrasar el deterioro y mejorar la calidad de vida de estas personas.
La estimulación mediante actividades adecuadas a cada persona y que impliquen diferentes procesos cognitivos, sensoriomotores y sociales, resultando a la vez significativas, ayuda a que las personas estén activas y participativas facilitando la ralentización del deterioro, su autodeterminación, la mejora de la calidad de vida y un estado de ánimo positivo.
En este sentido, las salas multisensoriales que disponen de la tecnología del Sistema SHX  ofrecen este tipo de actividades creando contenidos coherentes que entran por diferentes vías sensoriales, adaptados a cada persona, su historia, la etapa en la que está, sus necesidades y sus intereses, e incluyendo múltiples objetivos de intervención.
Dentro de las salas multisensoriales SHX podemos volver a la esencia, es decir, establecer ciertos estímulos para volver a vivir actividades de manera regulada con estímulos básicos, sencillos, agradables y coherentes, adaptándonos además a las capacidades sensoriales de cada persona y sirviendo como puerta de entrada para la estimulación cognitiva en diferentes niveles de complejidad.
Otra de las grandes características de estas salas es que puede ayudarnos a compensar la falta de movilidad, servirnos para aplicar estímulos complejos y potentes como la música, y facilitar la conexión y la comunicación, suponiendo una gran fuente de bienestar.

Volver a la esencia

Muchas veces nos movemos en entornos muy complejos donde los estímulos son muy diversos, cambiantes y estresantes incluso para las personas que no tienen dificultades a este nivel. Las personas mayores pueden sentirse incómodas, abrumadas o sobrepasadas en estos ambientes con estímulos que interfieren a la vez. En mayor medida en el caso de personas con demencia o deterioro cognitivo asociado a la edad.
Las salas multisensoriales nos permiten regular el ambiente para llegar a la persona desde lo más esencial, sencillo y primario de las actividades, aunque las funciones cognitivas más complejas presenten dificultades. Disfrutar de una música armónica, de un paisaje bonito, de un aroma, de un elemento luminoso sencillo y atractivo… y hacerlo en un entorno agradable y accesible es una actividad muy significativa y placentera para muchas personas.

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Estímulos visuales como tubos de burbujas o fibras óptica favorecen el trabajo del resto visual

Adaptarse a sus capacidades sensoriales

Es frecuente encontrar en las personas mayores deterioros a nivel sensorial como la presbicia, la presbiacusia, la disminución del tacto… que dificultan la entrada de estímulos y pueden aislar a la persona del mundo exterior. Además, la pérdida progresiva de movilidad, también supone una pérdida de entradas sensoriales fundamentales para nuestro bienestar.
En este sentido, podemos utilizar los elementos de las salas multisensoriales, que cuentan con elementos de intensidad regulable para cada uno de los sistemas sensoriales, para estimular y proporcionar información a los sentidos más afectados. Así, por ejemplo, los potentes estímulos visuales como tubos de burbujas, fibras ópticas… favorecen el trabajo del resto visual (fijar mirada, seguimientos, enfocar, coordinación óculo-manual, desplazarse hacia objetos, etc.).
También es posible utilizar los sentidos menos afectados para compensarla dificultad en los que presentan limitaciones y permitir que la persona siga teniendo una vivencia significativa de las actividades propuestas. Por ejemplo, una persona con dificultades a nivel auditivo puede utilizar el mobiliario vibroacústico para seguir disfrutando de los sonidos de un vídeo.
Un entorno multisensorial puede ayudar a organizar los estímulos como entidades con significado, favoreciendo el procesamiento de la integración sensorial. Las personas mayores se benefician de experimentar e interactuar libremente con luces, sonidos, olores y materiales táctiles, manteniendo y coordinando todos los sistemas sensoriales.

En el próximo artículo se analizará cómo las salas multisensoriales SHX pueden contribuir en otros aspectos al bienestar de las personas mayores.

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