/p>El I Congreso Intersectorial de Envejecimiento y Dependencia ‘Una mirada hacia la evidencia’, que se celebrará en Jaén los días 27 y 28 de octubre, contará entre sus ponentes con Miguel Ángel Valero, director del Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas – Ceapat, que ofrecerá una ponencia en la que mostrará como la tecnología puede contribuir a mejorar el bienestar de las personas mayores o con discapacidad.
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Miguel Ángel Valero intervendrá el 28 de octubre en el I Congreso Intersectorial de Envejecimiento y Dependencia

En la siguiente entrevista este experto nos desvela algunas de las líneas maestras de la que será su intervención en el I Congreso Intersectorial Envejecimiento y Dependencia, organizado por la Fundación Ageing Lab con el apoyo de la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial de Jaén y la Universidad de Jaén.
¿Cuál es su labor como director del Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas?
Mi labor como director del Ceapat (Imserso) es impulsar, en colaboración con mi equipo y con los agentes implicados, actividades de asesoramiento, difusión, desarrollo tecnológico, normalización, innovación e internacionalización que contribuyan a la transferencia a la sociedad, especialmente en la áreas de mayores y discapacidad, de soluciones de promoción de la autonomía personal a través de tecnologías y entornos accesibles, productos y servicios de apoyo en sintonía con el paradigma del diseño para todos.
¿Qué le parece que se organice en Jaén el I Congreso Intersectorial de Envejecimiento y Dependencia?
Felicito a la organización por una iniciativa muy valiosa ante el potencial de desarrollo presente y futuro de soluciones efectivas de carácter interdisciplinar necesarias para afrontar las necesidades en relación con el envejecimiento y la dependencia que son acuciantes para nuestra sociedad del siglo XXI.
Su ponencia en el I Congreso de Envejecimiento y Dependencia va a girar en torno a la tecnología. ¿Es fundamental ésta cuando hablamos de envejecimiento?
La tecnología es una aliado fundamental para afrontar los procesos de envejecimiento al respecto de la prevención, el mantenimiento de capacidades, la accesibilidad y la adaptación de nuestro entorno ante las necesidades cambiantes y diversas de cada persona. La tecnología bien empleada nos ayuda a desplazarnos, comunicarnos, realizar actividades de la vida diaria, facilitar el cuidado de nuestra salud, aumentar nuestras posibilidades de acceso a la cultura, ocio y entretenimiento, etc.
¿Se le da actualmente la importancia que tiene a este aspecto?
Teóricamente sí, pero no siempre en la práctica. A veces sólo se mira el valor de la novedad tecnológica sin entrar a analizar el impacto real que tienen ciertas tecnologías en la mejora de la calidad de vida individual y colectiva.
La tecnología ya ha mejorado la vida de las personas mayores en muchos aspectos, ¿cómo puede seguir haciéndolo?
Contribuyendo a su autonomía personal a través de soluciones accesibles desde los puntos de vista físico, sensorial y cognitivo. La tecnología fácil de usar, efectiva y centrada en las necesidades y expectativas de las personas mayores puede mejorar la vida de la población en la medida en que facilita su participación social e interrelación sin segmentaciones ni separaciones asociadas a la edad.
¿Con hacer inversiones es suficiente o también es fundamental un cambio de mentalidad?
Las inversiones en I+D+i son siempre necesarias para impulsar la transferencia a la sociedad de la tecnología apropiada pero no son suficientes si no van acompañadas de un proceso de aceptación social y de cambio organizativo e incluso legislativo. Es fundamental un cambio de mentalidad para comprender que ciertas tecnologías no son tanto novedades de la universidad o la industria como facilidades generalizables para mejorar los procesos de cuidado, atención sanitaria, vida independiente, acceso a la cultura, al transporte o al empleo y la participación social, entre otras.