Un artículo del Dr. Jordi Rumià Arboix, Especialista Senior en Neurocirugía y experto en Neurocirugía Funcional y Estereotáctica

La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en mayores de 65 años, sólo por detrás de la enfermedad de Alzheimer. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la enfermedad de Parkinson afecta a unas 150.000 personas en España y cada año se diagnostican 10.000 nuevos casos. Además, debido al progresivo envejecimiento de la población, se prevé que el número de pacientes se duplique en 20 años y se triplique en 2050.

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El Parkinson tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente y aumenta a casi el doble la mortalidad de los mismos

El 52% de las personas afectadas tarda una media de 1 a 5 años desde que aparece el primer síntoma hasta ser diagnosticado y un 19% espera más de 5 años a recibir el diagnóstico definitivo, según la SEN. Los principales síntomas motores incluyen el temblor en reposo, lentitud de movimiento, rigidez e inestabilidad postural. Los síntomas no motores incluyen dificultades para dormir, pérdida del olfato, estreñimiento, alteraciones en el habla, problemas de deglución y una presión arterial baja al ponerse de pie.
Otros síntomas pueden ser trastornos del estado de ánimo y el deterioro cognitivo, que van desde las dificultades leves en la memoria hasta la demencia.
La enfermedad de Parkinson se trata de una afección acrónica y progresiva. A medida que la enfermedad avanza, los pacientes experimentan diversos grados de discapacidad funcional. En este sentido, el Parkinson tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente y aumenta a casi el doble la mortalidad de los mismos. Aunque actualmente no existe ninguna cura para la enfermedad de Parkinson, algunos medicamentos o cirugía pueden mejorar sustancialmente los síntomas motores y la calidad de vida diaria de los pacientes.
Actualmente, España es el sexto país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor número de muertes por enfermedad de Parkinson. Además, supone un coste económico muy importante, que puede llegar a superar los 17.000€ anuales por paciente, cifra que se verá incrementada con el envejecimiento de la población, según un informe de la Fundación del Cerebro.
Para mejorar la calidad de vida de los pacientes es necesaria una atención sanitaria integral adaptada a las necesidades de su estadio de la enfermedad que incluya fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional y apoyo psicológico. De este modo, con la reducción del temblor también mejora la calidad de vida del paciente reduciendo las visitas médicas y terapias complementarias.

ResoFus, la nueva opción terapéutica sin incisiones para el control del temblor

Hasta ahora, el tratamiento con fármacos era prácticamente la única terapia para tratar los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson avanzada en pacientes de más de 70 años. De hecho, el 34% de los costes directos del esta enfermedad corresponde a la compra de fármacos para mejorar estos síntomas, según la Fundación Cerebro, fundación social de la SEN. Por otra parte, el tratamiento neuroquirúrgico habitual mediante estimulación cerebral profunda suele desestimarse en muchos pacientes mayores 70 años, debido a la percepción de riesgo que conlleva la cirugía craneal electiva a dicha edad.

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La Talamotomía ResoFUS permite controlar el temblor que no responde a medicamentos en pacientes de Parkinson sin necesidad de cirugía abierta

En la actualidad, sin embargo, existe una nueva técnica no invasiva: la Talamotomía ResoFUS. La Talamotomía no cruenta ResoFUS permite controlar el temblor que no responde a medicamentos en pacientes con enfermedad de Parkinson, sin necesidad de cirugía abierta. Al tratarse de un procedimiento cerrado e incruento, la Talamotomía ResoFUS es un tratamiento a considerar en personas de edad avanzada que sufren enfermedad de Parkinson con temblor.
La tecnología ResoFus combina imágenes de Resonancia Magnética con un emisor de Ultrasonidos de alta intensidad para interrumpir el circuito cerebral del temblor, logrando reducir el temblor en más de un 80% en la mayoría de los pacientes tratados. El tratamiento del temblor mediante Talamotomía ResoFus no requiere ninguna incisión, ya que los haces de ultrasonidos llegan al cerebro sin necesidad de apertura craneal. Al ser un tratamiento que no precisa anestesia general ni apertura craneal, el paciente no tiene necesidad de pasar por quirófano y se recupera más rápidamente. El tratamiento se lleva a cabo en el sistema de Resonancia Magnética.
Al no precisar anestesia general, el equipo médico puede explorar el estado neurológico del paciente a lo largo del tratamiento. Por otra parte, como el tratamiento se lleva a cabo en la Resonancia Magnética, permite visualizar el cerebro del paciente durante todo el procedimiento. La posibilidad de vigilar el estado del paciente y de visualizar su cerebro en tiempo real, permite alcanzar un nivel de seguridad muy elevado, reduciendo el riesgo de efectos indeseables permanentes por lesión del cerebro de alrededor.
Todo ello hace que la Talamotomía ResoFus sea una opción terapéutica a considerar en pacientes de edad elevada temblor resistente a fármacos. A nivel nacional e internacional Centro Médico Alomar se ha posicionado como referente en esta tecnología. Desde 2014 han tratado a más de 70 pacientes nacionales y extranjeros con éxito, convirtiéndose en pioneros y expertos de dicha técnica.