Practicar actividad física todos los días, aunque sea de forma modera, se asocia con una reducción del 17% en el riesgo de muerte, según un reciente estudio de la University College London, cuyas conclusiones se han publicado en la revista “British Journal of Sports Medicine”.

Y es que realizar actividades sencillas, como caminar suavemente o labores de jardinería liviana, está relacionado con un menor riesgo de muerte en hombres mayores. Los expertos recomiendan dedicar al menos 150 minutos a la semana a la actividad física de moderada a vigorosa en periodos de unos 10 minutos.
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En esta investigación, para averiguar si patrones de actividad podrían contribuir a reducir el riesgo de muerte, los científicos aplicaron datos del ‘British Regional Heart Study a los 7.735 participantes de 24 ciudades británicas, que tenían entre 40 y 59 años cuando comenzó el estudio, en el bienio 1978-80.
En 2010-12 se invitó a los 3.137 voluntarios que seguían vivos a realizarse un chequeo, que incluyó un examen físico y preguntas sobre su estilo de vida, patrones de sueño y si alguna vez les habían diagnosticado una enfermedad cardiaca.

También se les pidió que empleasen un acelerómetro portátil que realiza un seguimiento continuo del volumen y la intensidad de la actividad física, durante las horas de vigilia a lo largo de siete días. De este modo se monitorizó la salud de 1.181 hombres, cuya edad promedio fue 78 años, hasta junio de 2016.
 
Los datos del acelerómetro indicaron que el volumen total de actividad física, desde intensidad ligera hacia más fuerte, se asoció con un menor riesgo de muerte por cualquier causa. Así, realizar 30 minutos adicionales de actividad de intensidad suave, como labores de jardinería moderadas o sacar de paseo al perro, se vincularon con una reducción del 17% en el riesgo de muerte. Este vínculo persistió incluso después de tener en cuenta factores de estilo de vida potencialmente influyentes, como el tiempo sedentario.
Se trata de un estudio observacional, por lo que no se pueden sacar conclusiones firmes sobre causa y efecto, pero, tal y como apunta Barbara Jefferis, investigadora principal de la University College Londonlos resultados podrían usarse para redefinir las pautas actuales de actividad física y hacerlas más alcanzables para los adultos mayores.
Y es que «los resultados sugieren que todas las actividades, por modestas que sean, son beneficiosas. Por lo tanto, los hombres mayores que no pueden realizar actividades físicas de intensidad moderada, que hacen que el corazón bombee con más fuerza, no deben renunciar la actividad, ya que pueden obtener beneficios importantes para su salud llevando a cabo actividades más livianas«, afirma la Dra. Jefferis.