Un artículo de Mónica Nieto,
Especialista en Neuropsicología y Psicología Clínica
Todas las personas tenemos de vez en cuando despistes, olvidos o problemas de memoria. Cuando uno está cansado, estresado o deprimido nuestro cerebro responde de forma diferente anulando en parte la capacidad atencional y, por tanto, mermando nuestra memoria.
Sin embargo, cuando hay algo más allá, cuando sufre más problemas de memoria que el resto de las personas de su edad y ya no se ve como algo normal estaríamos hablando de un deterioro cognitivo. Cuando se inicia un deterioro cognitivo (leve) es importante realizar un seguimiento pues son muchos los casos en los que ese deterioro evoluciona a una demencia.
Quiero lanzar un mensaje para esas personas que empiezan a observar esos problemas de memoria: es importante cuidarse porque hay mucho en sus manos para mantenerse activos e independientes.
El comenzar a desarrollar un deterioro cognitivo no implica dependencia o incapacidad, sino una nueva situación en la que debemos cuidar nuestro cerebro de una forma especial para mantener la autonomía el mayor tiempo posible.
El otro día hablaba con un familiar bastante desesperado que me decía: “mi padre tiene fallos de memoria; lleva así varios años pero ahora está peor”. Según me iba contando cosas me iba dando cuenta de la necesidad de empezar a trabajar con esta persona a la que todavía ni conocía:
- Cuando quiere decir algo a veces no le salen las palabras.
- No recuerda cosas recientes, aunque sigue teniendo una memoria increíble para las cosas de su pasado.
- Sigue siendo independiente, aunque necesita que le recordemos algunas cosas.
- Vive solo con su esposa, que también tiene problemas de memoria pero mucho más avanzados, necesitando supervisión para algunas de las actividades básicas de la vida diaria.
Lo más importante llegó cuando este familiar desesperado me dice: “¿cómo podemos hacerlo? ¿Cómo podemos ayudarle?. Mi padre se niega a cualquier tipo de ayuda, pues considera que lo que le pasa no tiene solución y por lo tanto no tiene sentido que haga nada pues el final va a ser el mismo, va a perder su memoria”.
No es la primera vez que escucho este discurso, y es que sí, es así de duro muchas veces; las personas se dejan llevar, esperando simplemente a que el tiempo pase, sin parar a pensar que nosotros mismos somos el motor de nuestra vida, somos quienes hacemos o dejamos de hacer y eso es lo que nos lleva a generar cambios positivos o no.
Cuesta aceptar esta nueva situación, asumir que ya no eres como antes, que necesitas ayuda para algunas cosas… y mi pregunta es… ¿Quién es el mismo que antes?…el tiempo, el día a día, nos cambia, nos transforma y nosotros seguimos adelante, ¿por qué no hacerlo cuando aparece un deterioro cognitivo?.
Sí, se puede hacer mucho aunque la memoria empiece a fallar, de hecho es el momento en el que más puedo hacer por mi cerebro. La estimulación cognitiva, así como controlar la alimentación y el ejercicio físico son cosas que nos van a ayudar a mantenernos mejor… ¿Voy a conseguir así recuperar mi memoria?. Esta pregunta yo siempre intento cambiarla por otra… ¿Voy a conseguir así encontrarme mejor el mayor tiempo posible?.
La respuesta es un simple SI. Es posible que no recuerde dónde dejé las cosas, ni cuándo es la próxima cita médica de mi mujer u olvide ponerle sal a la comida… pero si te dejas llevar por el tiempo, la apatía, la tristeza estos fallos se convertirán pronto en la parte central de tu vida, perdiendo la autonomía que todavía mantienes y la posibilidad de seguir siendo tú el máximo tiempo posible.
¿En qué consiste y a qué te puede ayudar la estimulación cognitiva? Se trata de ejercicios que pretenden mantener activo el cerebro trabajando diferentes capacidades como la orientación, atención, la memoria, el lenguaje, el cálculo, las praxias, gnosias y funciones ejecutivas. Se enseñan diferentes estrategias para controlar la información que se le escapa al cerebro: uso de agenda, listas, categorización, creación de historias, etc.
Y una de las cosas más importantes, se relaciona con otras personas que al igual que usted están pasando por lo mismo, sintiéndonos así apoyados en este camino desconocido.
Sobre la autora: Mónica Nieto
Mónica Nieto es Psicóloga General Sanitaria (Nº Col. M-19419). Especializada en Neuropsicología y Psicología Clínica, trabaja como Neuropsicóloga en Cognitiva Unidad de Memoria de Chamartín.
Estudió Psicología en la Universidad Complutense de Madrid y posee el Master en Psicología Clínica y de la Salud (UCM) y de Experto en Neuropsicología. Su trayectoria profesional se ha centrado en el trabajo con personas adultas mayores y en la impartición de formación relacionada con áreas de la salud en diferentes instituciones.
1 Comment
Deja una respuesta
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Buenos días, me animo a sugerir que difundan de ser posible, la existencia del primer Manual de Estimulación Cognitiva para Adultos Mayores. Es una publicación argentina editada en Noviembre de 2016 y pensada exclusivamente según sus intereses y necesidades para prevenir el deterioro cognitivo. En la fanpage librodechito pueden encontrar más información de resultar de su interés. Desde ya muchas gracias!!