La soledad y el aislamiento social en la tercera edad son unos de los principales temores de uno de cada cinco españoles, dato similar al resto de los países europeos, según reflejan los datos del último estudio «360º Well-Being Survey», realizado por la aseguradora de salud Cigna.
servicios socialesLa Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) alerta de que casi dos millones de ancianos viven solos en sus viviendas y, según el último boletín publicado sobre vulnerabilidad social realizado por Cruz Roja, al menos una de cada cuatro personas mayores no recibe nunca visitas de familiares cercanos.
Esta situación de aislamiento repercute no solo en la forma de vida de este grupo poblacional, sino también influye de forma significativa en su bienestar psicológico. Según los expertos, la soledad puede desembocar en sentimientos de hostilidad, resentimiento, tristeza y ansiedad que, a su vez, reactivan mecanismos neurobiológicos que pueden dañar la cognición, la emoción, el comportamiento y la salud de estas personas, llegando aincrementarse la probabilidad dependencia e, incluso, mortalidad.
Según se indica en el estudio de Cigna, el 23% tiene miedo a no contar con nadie que les atienda cuando sea necesario en esta etapa. Percepción muy inferior a la de los ingleses, con un 42% de personas especialmente preocupadas por esta posibilidad, o a la de los franceses, con un 33%.
De este modo, terminar residiendo en una institución para la tercera edad es una opción que el 74% de los españoles valoraría llegado el momento. Esta elección, sin embargo, no se ve con tan buenos ojos en Francia, donde tan solo el 54% se sentiría preparado para vivir en una residencia de este tipo, Alemania (56%) o Reino Unido (61%).

El 86% no está preparado psicológicamente para la vejez

El estudio de Cigna también refleja que el 86% de los españoles no se siente preparado psicológicamente para la vejez. Cuando se les pregunta a qué edad consideran que llega esta etapa, en nuestro país se estima que a los 73 años, lo que demuestra su optimismo en este aspecto frente a países como Reino Unido (69 años), Alemania (67 años) o Francia (71 años).
Lo mismo ocurre si se analiza la opinión concreta de los más jóvenes, que, como es de esperar, realizan una aproximación algo distinta a la general. En España, la población de entre 18 y 34 años dice que llegamos a esta fase a los 71 años, mientras que los alemanes comprendidos en este grupo hablan de los 60 años, los ingleses de los 63 y los franceses de los 66.