Un artículo de Mª Ángeles García Antón, Psicóloga y Trabajadora Social
Durante años hemos asistido al convencimiento de que el concepto de persona mayor y enfermedad o dependencia iban siempre de la mano, y que determinadas actitudes o situaciones era lo normal en la vejez, y los medios de comunicación, la prensa, la TV., etc. nos han transmitidos unos estereotipos de la vejez, muy lejos de reflejar la realidad que viven la inmensa mayoría de las personas mayores en nuestro país.
En la actualidad es evidente ver como cada día hay más personas mayores que pese a su edad luchan por mantenerse cada día más activas y cuidan su salud para lograr dar a sus años mayor calidad de vida. Cuando hablamos de calidad de vida nos referimos al estado de bienestar físico, social, emocional, espiritual e intelectual que le permite a la persona poder satisfacer sus necesidades individuales y colectivas.
Geriatras y Gerontólogos utilizan el término de envejecimiento activo para transmitir la importancia que tiene en la vida de las personas de edad avanzada la observancia de los buenos hábitos en la salud, la realización de ejercicio físico, las relaciones sociales y la participación en actividades sociales.
El termino de envejecimiento activo lo define La Organización Mundial de la Salud (OMS) como “el proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez”.
Alcanzar un envejecimiento activo debe ser un proyecto en nuestras vidas que hay que iniciar desde la edad adulta o antes, con el propósito de adquirir conocimientos, habilidades y actitudes que haga más positiva esta etapa de la vida, sin olvidar que los ingredientes de un buen envejecimiento son la salud, las buenas relaciones sociales y la satisfacción por la vida.
En esta etapa, las personas mayores pueden ser más frágiles y tener que afrontar cambios que la edad impone, pero también permite esta etapa descubrir nuevas cosas que colaboren en el desarrollo y crecimiento personal, y donde la educación juega un papel importante para promover la motivación, para mejorar el bienestar, las habilidades personales y la autoestima.
Envejecimiento activo es aprender a:
- Adaptarnos a nuevas situaciones y manejar aquellas habilidades y recursos que nos permitan conservar la independencia, facilitando nuestro deseo de seguir viviendo en nuestra casa y en nuestro entorno.
- Preocuparnos de nuestro bienestar emocional y aceptar con actitud positiva los nuevos cambios de esta etapa. Los sentimientos y emociones forman parte de cada persona. Procurar en la medida que sea posible, pensamientos positivos, que van a generar sentimientos y emociones agradables y contribuirán al bienestar. Practicar el sentido del humor y disfrutar de las pequeñas cosas.
- Cuidarnos. El autocuidado se aprende a lo largo de la vida, te permite conocer y practicar hábitos saludables (alimentación, ejercicio, actividades de ocio, etc.). Aprender a cuidarnos, y estar motivado para adquirir formación y conocimientos, este aprendizaje en temas de salud, ayudan siempre a prevenir situaciones no deseadas. Aprender a cuidarnos, además puede ser una lección aprendida si necesitamos ser cuidadores de los demás.
- Estimular la capacidad cognitiva. Existen diversas actividades como leer, hacer crucigramas, sopas de letras, estudiar si apetece, en definitiva, es elegir actividades que nos gratifiquen y motiven a hacerlo.
- Mantenerse en forma. Mantenerse en forma, mediante el ejercicio físico, no solo ayuda a nuestro cuerpo, sino también a nuestra mente. El ejercicio físico, es una importante fuente de salud, nos permite descubrir nuevas capacidades, nos ayuda a sentirnos mejor y es una excusa para salir de casa y relacionarnos. El ejercicio físico aumenta el deseo de vivir. Cualquier tiempo que dediques, por pequeño que sea, a hacer ejercicio físico, aumentara tu autonomía y retrasara tu dependencia.
- La importancia de las relaciones sociales. Una manera de evitar la soledad, y el aislamiento, es fomentar el contacto y las relaciones sociales. Las relaciones sociales facilitan la posibilidad de crear lazos sociales y afectivos, y ayudan a aumentar la satisfacción y enriquecimiento personal.
Las relaciones sociales también van a tener una influencia muy positiva en la autoestima, al ser reconocido y valorado por los demás, y el apoyo que estas pueden representar ante situaciones de pérdida de seres queridos o de soledad.
Aceptar, conocer y utilizar las nuevas tecnologías, como Internet y las redes sociales, favorecen la comunicación y facilitan el modo de compartir temas de interés sin necesidad de salir de casa, lo que contribuye a mantener las relaciones sociales.
- La importancia de las relaciones sociales. Una manera de evitar la soledad, y el aislamiento, es fomentar el contacto y las relaciones sociales. Las relaciones sociales facilitan la posibilidad de crear lazos sociales y afectivos, y ayudan a aumentar la satisfacción y enriquecimiento personal.
- Participar en la sociedad. La participación en las actividades sociales es considerado uno de los retos del envejecimiento activo. No toda actividad que se realiza es una actividad social, solo se puede considerar actividad social aquella actividad que implique participación e interacción con otras personas.
La participación en actividades sociales es uno de los factores que más influye en la calidad de vida, ayuda a establecer contacto con otras personas, crea estímulos, retos, y contribuye a un cambio en tus ideas. Las actividades sociales crean beneficios positivos sobre la salud, mantienen la autoestima, potencian la autonomía personal, ayudan a reforzar el sentimiento de utilidad y huir de la rutina.
Las actividades sociales son consideradas tan importantes como la actividad física en la promoción de un envejecimiento activo y saludable. Participa en actividades de voluntariado, y/o asociaciones, además de poder compartir tus gustos y aficiones, te sentirás útil.
Ocupar el tiempo de ocio no solo con actividades lúdicas, participar en actividades solidarias ayudara a transformar actitudes pasivas por activas, solitarias por solidarias, rutinarias por creativas e innovadoras.
- Participar en la sociedad. La participación en las actividades sociales es considerado uno de los retos del envejecimiento activo. No toda actividad que se realiza es una actividad social, solo se puede considerar actividad social aquella actividad que implique participación e interacción con otras personas.
Poder vivir la etapa de la vejez nunca es una complicación, sino una oportunidad, que vivida con salud permite acumular conocimientos, experiencias y valores que siempre puedes transmitir a las nuevas generaciones.
Sobre la autora: Mª Ángeles García Antón
Mª Ángeles García Antón es Psicóloga y Trabajadora Social; Coordinadora del Grupo de Trabajo sobre la Ley de Dependencia de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología SEGG; y Secretaria General de la Fundación Envejecimiento y Salud.
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