El cambio de las rutinas que supone la celebración de las Fiestas de Navidad pueden comportar momentos complicados tanto para las personas afectadas por el Alzheimer como para sus cuidadores. Consciente de ello, desde Fundació ACE– Barcelona Alzheimer Treatment & Research Center se ofrece una serie de recomendaciones elaboradas a partir del seguimiento de más de 300 familias de personas con demencia durante el año.
Y es que tal y como apunta Natàlia Tantinyà, enfermera y responsable higiénico-sanitario de la Unidad de Atención Diurna de la Fundació, la alteración de la rutina y los cambios en la conducta alimentaria que pueden padecer las personas con demencia generan dificultades o limitaciones para el paciente y su familia. Por eso es crucial hacer una buena planificación de los menús y organizar el entorno para favorecer la tranquilidad de la persona afectada.
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Aspectos como la textura, presentación o variedad de los alimentos son clave para adaptar los menús navideños a las necesidades de las personas con Alzheimer

“Si preparamos menús fáciles de masticar y digerir, y tenemos en cuenta tanto el grado de dificultad de la persona como las posibles patologías concomitantes como la hipertensión o la diabetes, podemos evitar en buena medida que la comida se convierta en un momento incómodo o desagradable”, asegura esta experta, que destaca que “el objetivo es pasar unas fiestas agradables, tranquilas, y disfrutar del entorno más cercano”.
Entre las recomendaciones de los expertos a la hora de elaborar las comidas y cenas para estas fechas, elementos como la textura, la presentación o la variedad de los alimentos resultan primordiales. Fundació ACE sugiere que se tengan en cuenta los siguientes factores:
  1. Servir los alimentos en un ambiente relajado en que la persona afectada se sienta cómoda y protegida. Es importante evitar distracciones, ya que muchos tienen dificultades para concentrarse.
  2. Preparar platos en raciones muy pequeñas y muy troceadas para facilitar la masticación.
  3. Preparar recetas jugosas, teniendo en cuenta el olor y presentación, evitará que el paciente retenga comida en la boca y despertará el deseo de comer.
  4. Siempre que sea posible, mantener una alimentación no triturada, ya que la mezcla de alimentos con la saliva favorece la digestión.
  5. Eliminar las espinas del pescado, que aun siendo un alimento muy adecuado en una dieta blanda, puede causar serios problemas en la deglución si no está libre de raspas.
  6. Incorporar alimentos ricos en fibra y residuos, como legumbres, frutas y verduras, para prevenir el estreñimiento.
  7. Procurar una dieta equilibrada y variada tanto en alimentos como en maneras de cocinar. Aplicar el sistema de raciones, agrupando lo alimentos por sus funciones principales y donde el consumo de un número determinado de éstos asegura una aportación equilibrada de nutrientes. Por ejemplo: 3 raciones de lácteos, 4 raciones de farináceos, 3 raciones de fruta, 2 raciones de verdura, 2 raciones de cárnicos y 3 raciones de grasa.
  8. Utilizar una vajilla, cubertería y mantelería que llame la atención por su colorido y no presente ningún peligro para el comensal. Podemos servir los platos combinado los colores de la vajilla con la de los alimentos para incentivar el interés del paciente. Por ejemplo: un plato de color rojo con arroz blanco, guisantes y huevos fritos.
  9. Asegurarse de que la persona afectada disfruta del momento sin cansarse en exceso. En este sentido, es recomendable preparar platos únicos que contengan el primero y el segundo en uno, por ejemplo: estofado de carne con patatas y verduras.
  10. En la medida de lo posible, preservar el horario y las rutinas a la hora de comer ya que facilitará la orientación y proporcionaremos seguridad.