/p>Cantar puede proporcionar beneficios más allá de mejorar el control de las vías respiratorias y de la deglución en personas con la enfermedad de Parkinson, según una reciente investigación de la Universidad Estatal de Iowa (ISU) presentada en la en la Society for Neuroscience 2018 Conference. Los resultados del estudio piloto han revelado mejoras en el estado de ánimo y los síntomas motores, así como una reducción de los indicadores fisiológicos del estrés.
Aunque estos son datos preliminares, Elizabeth Stegemöller, profesora asistente de kinesiología y miembro del equipo de investigadores, afirma que las mejoras entre los pacientes participantes en esta experiencia de canto son similares a los beneficios de tomar medicamentos.
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Una sesión del grupo de canto terapéutico para enfermos de Parkinson dirigida por Elizabeth Stegemöller

«Vemos mejora semana tras semana cuando salen del grupo de canto. Es casi como si tuvieran más ánimo en sus pasos. Sabemos que se sienten mejor y su estado de ánimo es mejor», destaca Stegemöller, que resalta que «algunos de los síntomas que están mejorando, como el golpeteo con los dedos y la marcha, no siempre responden fácilmente a los medicamentos, pero con el canto están mejorando».
En este estudio participaron 17 enfermos de Parkinson que formaron parte de un grupo de canto terapéutico, y se recopilaron datos antes y después de cada sesión de canto de una hora. Esta es una de las primeras investigaciones que analiza cómo el canto afecta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el cortisol en personas con la enfermedad de Parkinson. Los tres niveles se redujeron, aunque con los datos preliminares las medidas no alcanzaron significación estadística, advierte Stegemöller . Eso si, después de la clase los participantes estaban menos ansiosos y más animados.
Los resultados son alentadores, pero los investigadores aún tienen una gran pregunta que abordar: ¿cuál es el mecanismo que conduce a estos cambios de comportamiento? Ahora están analizando muestras de sangre para medir los niveles de oxitocina (una hormona relacionada con la afectividad), los cambios en la inflamación (un indicador de la progresión de la enfermedad) y la neuroplasticidad (la capacidad del cerebro para compensar lesiones o enfermedades) para determinar si estos factores pueden explicar los beneficios que aporta el canto terapéutico.
“Parte de la razón por la que el cortisol está bajando podría ser porque los participantes se sienten positivos y menos estresados ​​en el acto de cantar con el resto de integrantes del grupo. Esto sugiere que podemos observar el vínculo con la hormona de unión, la oxitocina”, afirma Shirtcliff. «También estamos observando la frecuencia cardíaca y su variabilidad, que nos puede indicar cuán tranquilo y fisiológicamente relajado está el individuo después de cantar».
Esta investigación se basa en los hallazgos previos del equipo de que cantar es un tratamiento eficaz para mejorar el control respiratorio y los músculos utilizados para la deglución en personas con enfermedad de Parkinson.
Los investigadores de la ISU dicen que el canto terapéutico tiene el potencial de proporcionar una opción de tratamiento accesible y asequible para mejorar los síntomas motores, el estrés y la calidad de vida de las personas con la enfermedad de Parkinson, una enfermedad cuya prevalencia se espera que se duplique en los próximos 20 años.
El siguiente vídeo de Dave Olson muestra una clase del grupo de canto para personas con enfermedad de Parkinson dirigido por Elizabeth Stegemoller: