La brecha de género afecta a las mujeres en todas las etapas de su vida, también cuando llegan a mayores, ya que en la actualidad las mujeres pensionistas españolas, algo más de cinco millones, cobra a final de mes 780 euros al mes, un 35% menos que los hombres, tal y como denuncia la Fundación Edad&Vida, entidad desde la que se recuerda al próximo Gobierno y al Pacto de Toledo que las reformas en materia de trabajo y jubilación deberían tener en cuenta a un colectivo con carreras profesionales más cortas e interrumpidas, vidas más largas, y sueldos más bajos que los hombres.

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Más de la mitad de los pensionistas en España son mujeres y cobran de media un 35% menos que los hombres

 
En enero de 2019 el número de pensiones ascendía a 9,6 millones; más de la mitad, cinco millones, son mujeres. En cuanto a retribuciones, la brecha de género es evidente, ya que a comienzos de este año la pensión media de los hombres era de 1.200,75 euros al mes, mientras que la de las mujeres ascendía a 780,01 euros, 120 euros por debajo del salario mínimo interprofesional y un 35% menos que la pensión media que reciben los hombres. Una situación que el actual Gobierno en funciones prevé se mantenga hasta 2035.
El factor de sostenibilidad, el cambio en el número de años cotizados para poder cobrar el 100%, el incremento en el tiempo a computar a efectos de cálculos de la base reguladora, o el índice de revalorización son actuaciones que incrementan la brecha de género, esto es, las diferencias entre lo que cobran los hombres y las mujeres pensionistas, afirma la Fundación Edad&Vida.

Mayor riesgo de exclusión o pobreza

Para Edad&Vida el origen de esta brecha de género en las pensiones está en las diferencias en la fase activa de hombres y mujeres y da como resultado una enorme desigualdad en sus respectivas pensiones.
“Con unas expectativas de vida de 85,7 años, cinco más que los varones, trayectorias laborales más cortas y sueldos generalmente más bajos que los hombres, las mujeres afrontan la etapa del envejecimiento llenas de incertidumbre, con unos niveles de seguridad económica por debajo de lo deseable, señalan desde esta entidad.
De hecho, un estudio de Adecco asegura que casi cinco millones de españolas en edad laboral se encuentran en riesgo de exclusión o pobreza. Un nivel de pobreza que, según Adecco, supera por primera vez desde 2011 al masculino.
Para los responsables de este estudio, esta situación se debe al entorno vital de la mujer, marcado por la maternidad, la dificultad por escalar puestos en las empresas y obtener el mismo nivel de salarios, la segregación ocupacional de la mujer en sectores tradicionalmente feminizados como el cuidado de los mayores o los enfermos.
Todo ello hace que, a pesar de la recuperación económica, continúe la desigualdad estructural entre hombres y mujeres y provoca que la tasa de pobreza de estas últimas se vea reducida más lentamente y en menor proporción.
Una conclusión que confirman las últimas cifras de género del paro: a febrero de 2019 el 58,6%, casi dos millones del total de parados, eran mujeres. Si comparamos las últimas cifras correspondientes al mes de febrero de 2019 comparándolas con las de 2018, aunque el paro femenino disminuye en 69.063, un -3,46%, lo hace menos en proporción al paro masculino que baja casi el doble, alcanzando las 112.145 personas, un -7,62%.
Ante este panorama, desde la Fundación Edad&Vida se apunta que la solución pasa por mejorar los niveles de participación femenina en la población activa, por lo que, además de variar aspectos socioculturales, “serían precisos sistemas justos y no discriminatorios en el acceso al mercado laboral, sueldos igualitarios y promoción a puestos de decisión, además de políticas públicas -tanto laborales como sociales- dirigidas a seleccionar las fuentes de financiación de las pensiones y la conciliación entre vida laboral y familiar.