La obesidad se asocia o incluso es causa directa de muchos otros trastornos y enfermedades. Desde hace unos años se ha relacionado esta enfermedad con el deterioro cognitivo. Y es que, tal y como advierte la doctora Irene Bretón, presidenta de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), “los pacientes con obesidad en la etapa media de la vida (50 años) presentan un riesgo superior de padecer demencia comparados con sujetos con normopeso”.
La obesidad es una enfermedad crónica de tendencia epidémica en el mundo y se ha convertido en uno de los retos más difíciles en salud pública. Según la OMS, entre 1980 y 2014, la prevalencia mundial de obesidad casi se ha duplicado. En el caso de España, el 39,3% de la población tiene sobrepeso, y la obesidad alcanza al 21,6%, siendo un importante factor de riesgo para enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipemia, síndrome de apneas-hipopneas del sueño, entre otros.

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En la imagen, la Dra. Núria Vilarrasa, coordinadora del área de Obesidad de la SEEN; la Dra. Irene Bretón, presidenta de la SEEN; y la Dra. Purificación Martínez de Icaya, representante de la SEEDO

Ahora, desde la SEEN se incide en la importancia de esta patología como facilitadora de la demencia. “Cada día la población está más envejecida y aunque se desconocen aún las causas por las que se producen el deterioro cognitivo y la demencia, los hábitos de vida saludable y la realización de ejercicio físico para evitar la obesidad pueden tener un efecto protector frente al riesgo de su desarrollo”, advierte la doctora Nuria Vilarrasa, coordinadora del área de Obesidad de la SEEN.
En este sentido, “no sólo es importante la presencia de obesidad, sino también la distribución de la grasa corporal, ya que hay datos que sugieren que el predominio abdominal de esta podría ser un factor de riesgo de deterioro cognitivo y demencia”, señalan las doctoras Vilarrasa y Martínez de Icaya. Según los especialistas, uno de los mecanismos que parece asociar ambas enfermedades es la presencia de resistencia a la insulina en los pacientes con obesidad, especialmente cuando se localiza en el abdomen. “Un estudio reciente mostró que una mayor resistencia a la insulina se asocia con niveles más altos de beta-amiloide, sustancia implicada directamente con el desarrollo de algunos tipos de demencia”, señala la doctora Bretón.
Por otro lado, “se ha observado una reducción del riesgo de demencia con la realización de ejercicio físico de manera regular. La actividad física, además de tener efectos beneficiosos sobre los factores de riesgo cardiovascular, podría mejorar la síntesis neuronal”, asegura la Dra. Vilarrasa, que a añade que también es clave mantener un peso lo más saludable posible con el objetivo de disminuir las complicaciones asociadas a la obesidad y mejorar la calidad de vida.
Además, otro de los factores que se destaca desde las dos sociedades es que las personas con obesidad pueden presentar otras enfermedades cardiovasculares asociadas, que son factores que influyen de manera negativa sobre el riego sanguíneo cerebral y por tanto contribuyen al deterioro cognitivo.
Por todo ello, desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) se hace hincapié en tener en cuenta que, afortunadamente, se puede actuar sobre la obesidad mediante la realización de una dieta saludable y de ejercicio físico. “Además, disponemos de fármacos que pueden ayudarnos junto con la dieta a perder peso y, en caso de escasa respuesta a las anteriores estrategias, se podría contemplar en determinados casos la cirugía bariátrica”, señala la doctora Bretón. Así, se puede influir favorablemente sobre los factores de riesgo cardiovascular y sobre la resistencia a la insulina, cosa que podría disminuir los efectos negativos sobre la cognición.
Con el objetivo de mantener unos hábitos de vida saludables (una dieta apropiada y actividad física) para evitar el exceso de grasa corporal y ayudar a proteger contra el desarrollo de demencia, la SEEN y la SEEDO han puesto en marcha la campaña ‘Cuida tu peso, cuida tu memoria’.
Teniendo en cuenta el envejecimiento actual de la población y el aumento de peso de la misma, con esta iniciativa ambas Sociedades quieren difundir una serie de recomendaciones para mantener un peso lo más saludable posible, disminuir las complicaciones asociadas a la obesidad y mejorar la calidad de vida:

· Controla el tamaño de las raciones. Come con moderación.
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Mantente activo. Camina al menos 30 minutos al día.
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Come fruta y verdura todos los días (5 raciones/día)
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Limita la comida rápida, precocinada y el consumo de fritos y rebozados.
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Come despacio y evita hacerlo delante del televisor o del ordenador.
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Para hidratarte, bebe agua. Evita el tabaco.
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Modera el consumo de azúcar, los alimentos dulces y las bebidas azucaradas.
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Mantén tu mente activa mediante la lectura, juegos intelectuales (ajedrez, crucigramas, rompecabezas, sudokus, etc.), aprende a tocar un instrumento musical, aprende otro idioma.
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Realiza un descanso nocturno suficiente.
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Si necesitas ayuda, consulta a tu médico y profesional sanitario especializado.

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