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Geriatricarea investigadores detección precoz osteoporosis Alzheimer
El grupo de investigadores del departamento de Fisicoquímica de la Universidad de Granada, liderado por Luis Crovetto González

Un grupo de investigadores pertenecientes al departamento de Fisicoquímica de la Universidad de Granada han diseñado un nuevo colorante capaz de detectar, en una sola prueba y en tan solo 20 minutos, la presencia de fosfato y biotioles en el interior de células vivas, lo que puede servir para diagnosticar de manera precoz enfermedades como la osteoporosis, el Alzheimer, la diabetes tipo II o el cáncer de próstata, ya que niveles anormales de ambas sustancias son un claro síntoma de ellas.
Para llegar a esta conclusión, estos científicos han llevado a cabo el diseño, síntesis y estudio fotofísico de este nuevo colorante capaz de detectar fosfato y biotiles en un único experimento. Como explica Luis Crovetto González, autor principal de este trabajo, “se trata de la primera vez que se logra sintetizar una sonda que es capaz por ella misma de detectar las dos sustancias en el mismo experimento, ya que normalmente este procedimiento se hace utilizando dos fluoroforos y/o distintos experimentos”.
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En la imagen, proceso del experimento, donde no aparece fluorescencia al principio, apareciendo posteriormente debido a los biotioles y luego cambia la fluorescencia (cambio de color) debido a los fosfatos.

El pasado año este mismo grupo de investigación patentó una nueva metodología que permite medir, de forma no invasiva y en tiempo real, la concentración de iones fosfato en el interior de células vivas. La sonda que han fabricado ahora es una continuación de aquella investigación.
El interés científico que tiene medir los iones fosfato radica, precisamente, en que puede aplicarse en la valoración de la biodisponibilidad de fármacos empleados en determinadas enfermedades, entre las que se encuentra la osteoporosis.
Actualmente, sólo se conocen metodologías invasivas para calcular la concentración de fosfato que existe en el interior de los osteoblastos, las células precursoras de los huesos. Para ello, se emplea fósforo radiactivo, con los graves inconvenientes que ello conlleva. La metodología desarrollada por los investigadores de la Universidad de Granada consigue algo que no se había logrado nunca antes.
Dada su relevancia, este artículo (que ha sido dedicado a la memoria de Carlos Orte Martínez, profesor del departamento de Fisicoquímica de la Universidad de Granada al que pertenecen los autores) ha sido portada del último número de la revista Chemistry A European Journal.
Los interesados pueden consultar el artículo completo aquí.