/p>>Un artículo de Iratxe Herrero Zarate, gerontocriminóloga y autora de gerontocriminologia.com

La combinación de los conceptos persona mayor y víctima ha sido hasta ahora poco frecuente, si exceptuamos el interés suscitado en los últimos años por el fenómeno de los malos tratos contra las personas mayores. Sin embargo, los datos -tanto estadísticas policiales como encuestas de victimización- evidencian que estas personas son también víctimas de otros delitos y que este fenómeno se está incrementando en comparación con otros grupos de edad.
Tradicionalmente, la atención a las personas mayores se ha centrado en la respuesta a las necesidades básicas (alimentación, higiene, salud física…) derivando en las últimas décadas hacia respuestas que superan la dimensión física de la persona y se orientan a otras de tipo psico-social, lúdico o jurídico (ocio, la salud emocional y social, derechos…). Precisamente, en relación con la cuestión de los derechos, ha ido adquiriendo relevancia el relativo al trato dado a estas personas (buen trato, mal trato) por parte de las redes formales e informales de atención.

Geriatricarea Personas mayores víctimas olvidadas Iratxe Herrero Zarate
Los delitos contra las personas mayores es un fenómeno que se está incrementando en comparación con otros grupos de edad

En este sentido, y en el ámbito de la intervención, son cada vez más las iniciativas encaminadas a prevenir este fenómeno del maltrato con diferentes indicadores y protocolos de detección y actuación desarrollados tanto desde el ámbito público como desde las entidades privadas que atienden a estas personas (centros residenciales, servicios jurídicos, sociales y sanitarios, entre otros).
En lo que respecta a la investigación sobre este fenómeno de los malos tratos, el interés gerontológico se ha centrado fundamentalmente en aspectos médicos, psicológicos, jurídicos y sociales en detrimento de otros factores de tipo criminológico y del estudio de otros tipos de delito.
Por su parte, tanto la Criminología como la Victimología, en su estudio específico de las víctimas, han priorizado el análisis de otros perfiles y, cuando en los últimos años han comenzado a contemplar a estas personas como objeto de estudio, lo han asociado también mayoritariamente al fenómeno del maltrato.
A falta de investigaciones concluyentes sobre las razones de este olvido como víctimas, mi experiencia profesional sobre los procesos de respuesta a los fenómenos sociales me hace pensar que puede ser resultado del escaso interés histórico por este grupo de edad y de su menor presencia en la sociedad como grupo de poder en comparación con otros colectivos. Así, otros perfiles de víctimas terminan resultando más interesantes -y, por lo tanto, más visibles, estudiados, atendidos y protegidos- por ejemplo, porque tienen más capacidad de configurarse como grupo de presión o porque los delitos cometidos contra ellos crean más alarma social.
Sin embargo, como he señalado anteriormente, diferentes estadísticas y encuestas reflejan un incremento de la victimización de las personas mayores de 65 años, tanto en España como en otros países; lo que, unido a su progresivo incremento en la pirámide poblacional, incidirá también en una mayor probabilidad de sufrir un delito.
Además, los cambios en sus estilos de vida hacen de este grupo de edad un objetivo de interés para nuevas victimizaciones asociadas, precisamente, a esos nuevos hábitos (mayor presencia en espacios públicos, mayor uso del ciberespacio…). De hecho, aunque el maltrato es uno de los delitos más frecuentes en este grupo de población, existen otros con presencia relevante como es el caso de los fraudes económicos o los robos que también ponen en peligro la seguridad diaria de estas personas.
A estas razones hay que añadir una que me parece fundamental para justificar la necesidad de visibilizar a estas personas como víctimas: su derecho de ciudadanía, que les equipara, o debería de equipararles, al resto de víctimas -independientemente, en este caso, de su edad- en materia de estudio, atención y protección.
En definitiva, las personas mayores, en comparación con otros grupos de edad, son víctimas olvidadas y asociadas mayoritariamente, cuando hay interés en su análisis, a un tipo de delito muy concreto: los malos tratos. Sin embargo, las personas mayores son objeto de delito y, además, estos son de diferente naturaleza y cada vez más frecuentes.
Por todo lo anterior, y a pesar de los avances en la atención a las personas mayores, considero necesario investigar este fenómeno desde un enfoque integrador de la Gerontología y la Criminología; la primera aporta los conocimientos específicos de las singularidad de las personas mayores y la segunda los relativos al fenómeno del delito.
Para ello, y como resultado de mi experiencia profesional como socióloga, gerontóloga y analista del crimen, he creado un espacio común de conocimiento entre ambas disciplinas que he denominado Gerontocriminología, con el objetivo de mejorar la seguridad de las personas mayores y, en consecuencia, su calidad de vida.
Es un espacio que, a través de diferentes niveles de investigación (más generales o más concretos, como los diagnósticos en servicios de atención sobre la seguridad en los espacios públicos de los municipios, por ejemplo), está orientado a ofrecer información sobre delito y personas mayores a entidades públicas y privadas y profesionales de diferentes ámbitos (residencial, jurídico, sanitario, de seguridad o social, entre otros).
De este modo, con el conocimiento de la realidad, dichas entidades y profesionales pueden establecer las actuaciones oportunas para intervenir en este fenómeno y prevenirlo, protegiendo a estas personas con las mismas garantías de seguridad que el resto de víctimas cuyo estudio está más consolidado.

Geriatricarea Iratxe Herrero Zarate GerontocriminologíaSobre la autora: Iratxe Herrero Zarate

Iratxe Herrero Zarate es gerontocriminóloga especializada en analizar y prevenir el delito en relación con las personas mayores, tanto cuando son víctimas del mismo como cuando lo cometen. Presta servicios de consultoría aplicados a casos prácticos (diagnósticos, planes, evaluación, formación, asesoramiento) para profesionales que trabajan con personas mayores en el ámbito jurídico, de seguridad, médico, social, residencial, etc.
Como resultado de su experiencia profesional como socióloga, gerontóloga y analista del crimen ha creado Gerontocriminología, un espacio de conocimiento que integra los saberes de la Gerontología y la Criminología con la finalidad de mejorar la seguridad de las personas mayores y su calidad de vida.
e-mail: iratxe@nullgerontocriminologia.com