Un artículo de María Dolores Villegas Díaz, Psicóloga y autora del blog http://mariavillegas.es/
La vida de una persona cuidadora cambia radicalmente a consecuencia de la demanda requerida. Esta demanda/responsabilidad produce un gran cambio en su forma y calidad de vida. El Burnout es un síndrome producido por el estrés crónico continuado que se da en el día a día al enfrentarse a la enfermedad de la persona cuidada y que implica tareas monótonas y repetitivas, produciendo en el/la cuidador/a una sensación de falta de control, y pudiendo agotar las reservas psicofísicas de la persona.
Es más habitual en los cuidadores informales, es decir, en los/as familiares cuidadores/as, ya que, entre otros factores influyentes, cuentan con menos formación sobre cómo realizar los cuidados, sobre la enfermedad, etc.
¿Qué síntomas podemos encontrar?
- – Actitudes y sentimientos negativos hacia la persona enferma a la que se cuida.
- – Desmotivación.
- – Frustración.
- – Depresión/bajo estado de ánimo.
- – Trastornos psicosomáticos como: angustia, alergias, afecciones de piel, cefaleas, lumbalgias, trastornos gástricos e intestinales…
- – Fatiga y agotamiento.
- – Irritabilidad y cambios de humor frecuentes.
- – Despersonalización y deshumanización.
- – Comportamientos estereotipados e ineficiencia a la hora resolver problemas.
- – Agobio continuado sintiendo que la situación le desborda.
Afecta a diversas áreas, llegando a influir en el estrés laboral, afectivo, inadecuación personal (cansancio, dolores musculares, cefaleas, ansiedad), e incluso vacío personal una vez se deja de cuidar a la persona, ya sea porque se ingresa en una residencia o por su fallecimiento. Este vacío puede llegar a durar hasta algunos años después de que se finalice el cuidado.
El/la cuidador/a percibe que sus actividades de cuidado perturban su salud psicofísica, su situación económica (costes del cuidado como adaptación de la vivienda, pérdida de ingresos al dejar el trabajo…) y social.
De este cuidado pueden derivarse además conflictos familiares como reproches por no ayudar al/la cuidador/a principal, porque la cuidadora pase más tiempo con la persona que necesita cuidados que con el resto de la familia, etc.
Para prevenir el Burnout o síndrome del cuidador o superarlo, los/as cuidadores/as deben recordar que son parte esencial del cuidado, y, por eso mismo, deben atender sus propias necesidades. Cuidándose a sí mismo/a cuidan mejor a su familiar. Un cuidador descansado, con apoyo emocional, ocio, satisfecho… tendrá más energía y utilizará mejor sus recursos físicos y psicológicos para cuidar mejor a la persona dependiente.
¿Afecta a todos/as los/as cuidadores/as por igual? No. Las personas con baja resiliencia (capacidad para superar con éxito situaciones adversas) parecen sufrir mayor agotamiento y actitudes de indiferencia en su actividad, lo que las hace más propensas a desarrollar este síndrome. También son más propensas a padecerlo aquellas personas con un autoconceptonegativo y con baja percepción de su autoeficacia, entre otros factores.
¿Qué pautas puede seguir el cuidador?
- AUTOCUIDARSE
- – Pedir ayuda, recurrir a asociaciones donde contemos con el apoyo de profesionales y de otras personas que estén pasando por la misma situación que nosotros (participar en grupos de ayuda mutua).
- – Seguir una dieta equilibrada.
- – Hacer ejercicio, ya sea sólo/a, con amigos/as o incluso con la persona cuidada.
- – Ser asertivos/as. Saber decir “no” y aprender a dejar de ceder ante la persona cuidada.
- – Dar autonomía a la persona cuidada, que haga todo lo que pueda hacer por sí misma.
- – Descansar. Tomarse unas horas diarias para sí mismo/a. Se puede recurrir a los respiros familiares, en los que los cuidadores dejan de serlo durante unos días para ocuparse de ellos/as mismos/as, ya sea para quedarse en casa o para hacer un viaje con amigos/as u otros/as cuidadores/as y es otra persona la que cuida a la persona enferma.
No hay que olvidar que el cuidado no tiene por qué generar sentimientos negativos; una persona puede sentir satisfacción en su tarea de cuidar a otra persona, conseguir una mayor conexión y complicidad con esa persona, reconocimiento de su labor, etc.
En conclusión, el cuidado de sí mismo/a requiere el mismo esfuerzo que el cuidado de una persona dependiente.
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3 Comments
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POR AHORA CUIDO A MI ABUELA DE 93 AÑOS CON DEMENCIA Y UNA COSA ES LO QUE ESTA EN LA LITERATURA MEDICA Y LA OTRA ES LA REALIDAD.EN MI CASO TENGO 2 PERSONAS QUE ME COLABORAN PERO NO HAY TIEMPO PARA DESCANSAR.ESTO ES COMO UN GERENTE QUE MANEJA TODA SU EMPRESA PERO SOLO..LA FAMILIA AYUDA EN MI CASO PERO SOLO ECONONOMICANTE PORQUE VIVEN FUERA DE EL PAIS..CUANDO HABLAN DE CUIDADOR NO ES SOLO LA PERSONA QUE ATIENDE ESE SER ENFERMO ES A QUIEN LE TOCA HACER ENCARGARSE DE TODO.Y NO SON LAS LABORES DE LA CASA SALUDOS DESDE MEDELLIN COLOMBIA..
Cuanta razón en mi caso tambien tengo que hacerme cargo de lo económico pero es verdad que aunque haya colaboración de cuidadores el organizar todo además de la atención directa es difícil de sobrellevar !!!!
porque no hay esta información generalmente los cuidadores solo sabemos que hay cuidar al familiar y en eso se va la atención que luego cansa y agobia . Son dos años que falleció mi esposa, y los dolores de espalda aun siguen la ansiedad que sentí unos días después fue intensa. baje de peso y no me había dado cuenta, ahora lo he recuperado y creo que estoy aumentando después de encontrar a una pareja mas joven. diario viene a la casa y los fines de semana estamos juntos, creo que ella me cuida