Los accidentes tienen una gran relevancia en la salud, especialmente de las personas mayores, no en vano suponen la sétima causa de mortalidad y la quinta de morbilidad. Dentro de los accidentes especial importancia tienen las caídas, cuyo riesgo se intensifica en época invernal.

Geriatricarea prevenir caídas de mayores
Los fenómenos atmosféricos y el estado del suelo aumenta el riesgo de sufrir caídas durante el invierno

Entre las personas mayores de 80 años una de cada dos se ha caído alguna vez, y de estas la mitad vuelven a caerse de nuevo. Y entre los mayores de 65 años se estima en torno al 30 %, incrementándose por décadas de forma significativa. Así, entre los 65 y los 70 años la frecuencia es de un 25% y por encima de los 75 años supera el 35%. Además, uno de cada tres accidentes ocurridos en mayores de 65 años se suelen producir fuera del hogar.
Especial cuidado hay que tener durante estos meses de invierno ya que se incrementa el riesgo de padecer algún tipo accidente, debido principalmente a dos factores:

  • Los fenómenos atmosféricos: el fuerte viento, la lluvia y otras precipitaciones que dificultan la marcha
  • Los efectos en el suelo por donde se circula: presencia de hojas, agua o hielo que en su conjunto propician los deslizamientos, resbalones y caídas.

Además, con la edad pueden producirse cambios que pueden afectar a:

  • La marcha: pasos más cortos, menor elevación de los pies y de la flexión de las rodillas y caderas…
  • La vista: puede estar disminuida, sobre todo de noche, a la nitidez de los colores…
  • El oído: con menor capacidad, alteración del equilibrio…
  • Propio cuerpo: aumenta la debilidad muscular, menos reflejos y capacidad de reacción…

Desde la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid se recomiendan unas sencillas medidas a tener en cuenta para prevenir la caídas:

  • Recomendaciones generales, o sobre la salud:

– Hacer ejercicio según sus posibilidades y de forma habitual: caminar, nadar, bailar, realizar ejercicios adaptados o moverse en casa

– Llevar una dieta equilibrada, manteniendo el peso y evitando en lo posible el sobrepeso y la excesiva delgadez

– Evite la automedicación: algunos medicamentos, o su mezcla, pueden provocar mareos o bajada de tensión que propician las caídas. Revisar en la visita al médico los fármacos que se están tomando y si tienen efectos sobre el equilibrio o la marcha.

– Mantener la vista y el oído controlados: visitar al oftalmólogo y al otorrinolaringólogo cuando sea preciso y seguir sus indicaciones.

  • Recomendaciones especiales, o sobre el entorno, ya sea en la calle o en los lugares habituales y de recreo:

– Al salir a la calle, calcular con holgura los tiempos necesarios para hacer el recorrido, ya que las prisas no son buenas.

– Extremar las precauciones al cruzar la calzada, respetando los pasos de cebra y semáforos, teniendo en cuenta las limitaciones en la velocidad de movimiento.

– Elegir siempre el mismo recorrido (o revisar mentalmente el nuevo) teniendo en cuenta factores como iluminación, ausencia de baches, desniveles y anchura de las aceras, volumen del tráfico, zonas de obras…

– Utilizar calzado cómodo y seguro, con suela antideslizante. Caminar atento y pensando en lo que está haciendo.

– Evitar la carga excesiva (bolsos, paquetes), procurando mantener un brazo libre para poder agarrase.

– Si es posible, salir acompañado, y si se necesita acompañante nunca salir salga solo.

– No olvidar las gafas, audífonos y bastones si son de uso habitual.

– No tratar de alcanzar un vehículo con prisa (autobús, metro).

– Utilizar pasamanos y asideros en las escaleras de acceso.

– Buscar siempre un asiento, y si no lo hubiera, utilizar barra, asidero o pared para el apoyo.

– No olvidar la tarjeta identificativa, señalando si se padece algún tipo de enfermedad o alergias y a quién avisar en caso de accidente.