La llegada del frío afecta especialmente a las personas de edad avanzada, ya que son más vulnerables a los cambios de temperaturas. Además, a medida que se envejece se producen alteraciones en el metabolismo basal que hace tener ciertos problemas tanto en la termorregulación como en la percepción de la temperatura.

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Para conservar el calor corporal es mejor ponerse varias capas de ropa fina que una capa gruesa

Los profesionales de Sanyres detallan a continuación los principales factores a tener en cuenta para proteger a los mayores de los rigores del invierno.

Temperatura

Antes de que una persona mayor salga a la calle debe conocer, a través de los medios de comunicación, qué temperatura hace para elegir mejor la vestimenta. Dentro del hogar es recomendable instalar un termómetro para comprobar que la temperatura sea siempre la correcta, en torno a los 21ºC.
Aunque lo normal sea tener algún tipo de calefacción para conseguir esta temperatura, debemos evitar la exposición por tiempo prolongado al humo de braseros o estufas de keroseno. Y, por supuesto, ventilar adecuadamente las habitaciones.

Cuidados de la piel

El frío, el viento y la humedad provocan mayor sequedad, eccemas y grietas en la piel, por lo que es recomendable el uso de cremas hidratantes y controlar la hidratación.

Vestimenta

Al contrario de lo que se piensa en ocasiones, es mejor ponerse varias capas de ropa fina que una capa gruesa, ya que estas capas forman cámaras de aire aislante entre ellas.
Hay que tener cuidado de proteger las zonas de nuestro cuerpo donde se pierde mucho calor, como puede ser la cabeza. Para ello recomendamos utilizar gorros que tapen las orejas. Por supuesto, el uso de guantes y bufanda es fundamental. En cuanto al calzado, los mayores deben utilizar zapatos cómodos preparados para la humedad, la lluvia y la nieve, de forma que evitemos caídas.

Dieta

La alimentación, además de ser la mayor fuente de energía, nos aporta calor. Si tenemos en cuenta que cuando el cuerpo se enfrenta a bajas temperaturas se pierde más calor del que se produce, se puede comprobar la importancia que tiene. En la época de frío se debe realizar una dieta que favorezca la producción de energía calórica, aumentando la ingesta de carbohidratos (arroz, pasta, legumbres), sin olvidar los alimentos con elevado contenido proteico (carnes y pescado azul).
También es muy recomendable tomar a lo largo del día y antes de acostarse una taza de bebida caliente, ya sea sopa, cacao o té, por ejemplo. Por supuesto, no debemos olvidar la ingesta de líquido suficiente (agua, infusiones o zumos) y evitar el consumo de alcohol.

Actividad física

Las personas mayores deben hacer ejercicio durante todo el año, pero en invierno tiene otra ventaja añadida: la actividad física genera calor.  No obstante, debemos tener precaución y evitar actividad en la calle los días de lluvia, nieve y viento. En estos casos es mejor realizar la actividad física en casa o en un centro cubierto.