Practicar ejercicio físico de forma regular, no fumar, evitar el uso nocivo del alcohol, controlar el peso corporal, seguir una dieta sana y mantener la presión arterial, el azúcar en sangre y el colesterol en niveles adecuados son algunas de las nuevas directrices publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reducir el riesgo de padecer demencia o deterioro cognitivo.
Tal y como explica el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, «se calcula que en los próximos 30 años se triplicará el número de personas que padecen demencia«, por lo que «tenemos que hacer todo lo posible para reducir el riesgo de que la gente padezca demencia. La información científica que hemos obtenido para la elaboración de esas directrices confirma lo que llevábamos tiempo sospechando: lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro«.
La OMS recomiendan medidas concretas para reducir el riesgo de padecer demencia o deterioro cognitivo, como practicar ejercicio físico de forma regular

 
En este sentido las directrices de la OMS ofrecen información básica para que los prestadores de atención de salud recomienden a los pacientes medidas que pueden ayudar a prevenir el deterioro cognitivo y la demencia. También sirven de guía a gobiernos y Administraciones encargadas de la formulación de políticas y a las autoridades a la hora de planificar la elaboración de políticas y programas para fomentar modos de vida sanos.
La reducción de los factores de riesgo es una de las diversas esferas del plan de acción mundial de la OMS sobre la respuesta de salud pública a la demencia. Otras esferas son: el fortalecimiento de los sistemas de información sobre la demencia, el diagnóstico, el tratamiento y el cuidado, el apoyo a los cuidadores de personas que padecen demencia y la investigación y la innovación.
Y en este plan de acción tiene un especial protagonismo el Observatorio Mundial de las Demencias de la OMS, creado en diciembre de 2017. Se trata de una plataforma de información sobre actividades y recursos de los países para combatir la demencia, por ejemplo, planes nacionales, iniciativas aptas para personas con demencia, campañas de sensibilización y servicios de atención. Y es que la creación de políticas y planes nacionales sobre la demencia es una de las recomendaciones fundamentales de la OMS para los países destinada abordar ese problema sanitario cada vez más importante.
Un elemento fundamental en cada plan nacional para la demencia es el apoyo a los cuidadores de las personas con esa enfermedad, tal y como afirma la Dra. Dévora Kestel, Directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias en la OMS. «Muy a menudo, los cuidadores de las personas con demencia suelen ser familiares que necesitan hacer cambios importantes en su vida privada y laboral para poder cuidar a esos seres queridos», destaca esta experta.
Esa es la razón por la que la OMS creó iSupport, un programa de formación en línea para cuidadores de personas con demencia con consejos sobre la gestión general de las tareas de cuidados, la forma de actuar ante cambios en el comportamiento de los pacientes y el modo en que cuidar de su propia salud. iSupport se utiliza actualmente en ocho países y se prevé que llegue a más dentro de poco.
Demencia: un creciente problema de salud pública

La demencia es una enfermedad que se caracteriza por un deterioro cognitivo superior al esperado por un envejecimiento normal. Afecta a la memoria, al lenguaje, al sentido de orientación y a la capacidad de comprensión, de razonamiento, de juicio, de cálculo y de aprendizaje, y se produce como resultado de una serie de enfermedades y lesiones que afectan al cerebro, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.
Desde la Oms se advierte que la demencia es un problema de salud pública en rápido crecimiento que afecta a 50 millones de personas en el mundo. Se producen unos 10 millones de nuevos casos cada año y es una causa importante de discapacidad y dependencia entre las personas mayores. Además, supone una carga económica elevada para toda la sociedad: se calcula que los costos vinculados al cuidado de las personas con demencia alcanzarán los US$ 2.000 millones anuales en 2030.