Expertos destacan la importancia de tener en cuenta el sexo del paciente en la toma de decisiones clínicas, diagnósticas y terapéuticas en las enfermedades crónicas, ya que muchos medicamentos se metabolizan de forma diferente en las mujeres que en los hombres, debido a las variaciones en el tamaño corporal o los niveles de hormonas sexuales, y pueden presentar distintos efectos adversos en uno y otro caso, tal y como se puso de relieve durante el XI Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico.
 

Y es que, tal y como destacó la Dra. Ana Arroyo, presidenta del Comité Organizador del Congreso y tesorera de la Junta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), “cuando hablamos de mujer y cronicidad se abre la puerta a un gran debate global y otros paralelos en los que nos debemos preguntar sobre cómo se aborda la mujer como paciente de enfermedades crónicas o la mujer cuidadora principal de pacientes crónicos. Además, es especialmente remarcable en comunidades como Extremadura un elemento añadido y es el papel de la mujer en el medio rural en un contexto de cronicidad”.

Igualmente, la Dra. Arroyo recalcó la importancia del género para el abordaje de estas enfermedades: “La relación entre la paulatina feminización de las profesionales sanitarias y la atención a la cronicidad es otro de los asuntos que se tienen que analizar, tanto en lo que se refiere a la mujer como profesional y al abordaje de pacientes crónicos”.
También existe una tendencia a padecer ciertas enfermedades teniendo en cuenta el sexo femenino y masculino.

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Los expertos demandan una atención específica según el sexo del paciente para garantizar una asistencia integral de las enfermedades crónicas

Por ejemplo, en el caso de la enfermedad cardiovascular, en las mujeres es más frecuente que se manifieste en forma de ictus y en los hombres en forma de infarto de miocardio. Además, en general, las mujeres suelen presentar una mayor prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular, tales como obesidad, diabetes, hipertensión o fibrilación auricular.

Todo ello, repercute, en muchas ocasiones, en una discriminación negativa en el abordaje en la mujer, como indican datos de estudio HERMEX, realizado en Extremadura, según el cual el 52% de los varones con riesgo cardiovascular alto o muy alto tomaban fármacos para bajar el colesterol frente a un 34% de las mujeres. Además, su presencia en los ensayos clínicos está infrarrepresentada, por lo que resulta más difícil extrapolar sus datos a la práctica clínica diaria.

En este sentido, la Dra. Juana Carretero, presidenta Comité Científico del Congreso y vicepresidenta segunda de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), resaltó que “para garantizar que las necesidades de salud integral de la mujer se satisfagan a lo largo de la vida, los sistemas de salud y las sociedades deben abordar de manera eficaz programas de salud reproductiva, de nutrición, de enfermedades infecciosas y crónicas. La medicina específica para cada sexo debe ser parte integral de todos los programas de educación y prevención de la salud, por lo que se debe acelerar la investigación y la educación clínica en esta área vital”.

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En la imagen, Salvador Tranche, presidente de Semfyc; Juana Carretero, vicepresidenta de SEMI y presidenta del Comité Científico del congreso; Ana Royo, tesorera de Semfyc y presidenta del Comité Organizador del congreso; Ricardo Gómez Huelgas, presidente de SEMI, y Paula Salamanca, coordinadora de la Conferencia Paciente Activo


 
Y es que, tal y como advirtieron los especialistas que se direron cita en el XI Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, los cambios demográficos y epidemiológicos que se están produciendo en nuestra sociedad en los últimos años, especialmente el envejecimiento poblacional, el aumento de la esperanza de vida y las mejoras en la atención sanitaria, han permitido que patologías tan prevalentes como la diabetes, la obesidad mórbida, la insuficiencia cardiaca, el VIH o el cáncer se hayan convertido en enfermedades crónicas.

De hecho, en España, el 80% de las consultas de Atención Primaria, el 60% de los ingresos hospitalarios y el 85% de los pacientes ingresados en Medicina Interna se deben a enfermedades crónicas, lo que supone la primera causa de gasto sanitario en nuestro país. Por ello, estos datos hacen necesario un Sistema Nacional de Salud adaptado a las nuevas necesidades que plantea la cronicidad.

Los numerosos pacientes, profesionales médicos de distintas especialidades, enfermeros, farmacéuticos, trabajadores sociales y gestores sanitarios presentes en el Congreso coincidieron en señalar que para lograr un abordaje adecuado de estos pacientes crónicos de edad avanzada y con multicomorbilidad resulta imprescindible reforzar la asistencia primaria, pasar de una medicina especializada a una medicina más generalista, ampliar el papel de la enfermería y realizar un mayor esfuerzo en la promoción de la salud.